Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
MÉXICO, DF, 10 de agosto de 2015.- En el marco del Día Internacional de la Juventud, que tiene lugar cada 12 de agosto, debe realmente preocuparnos y ocuparnos el constatar nuevamente que, como país, seguimos quedando muy cortos ante los enormes retos que enfrentan nuestros jóvenes, con un presente muy difícil para millones y una perspectiva de gran incertidumbre hacia el futuro.
Mantenemos una de las tasas más altas en cuanto a jóvenes que no estudian ni trabajan: más de una quinta parte de los mexicanos de entre 15 y 29 años de edad están en esta condición conocida como «nini», frente a un promedio de 14 por ciento entre los 34 países agrupados en la OCDE.
De los jóvenes que sí se cuentan entre la población ocupada, sólo 15% tiene un salario superior a 6 mil pesos mensuales; más de 12.5 millones no alcanza percepciones superiores a 3 salarios mínimos. La inmensa mayoría está en la informalidad, con condiciones laborales precarias, sin estabilidad ni proyección.
Además, desgraciadamente, muchos son los que se incorporan a las filas de la delincuencia, como falsa salida de la marginación y falta de oportunidades.
Entre los jóvenes que estudian, se acaba de reportar que más del 80% de los que salen del bachillerato tiene conocimientos reprobatorios en matemáticas, mientras que en comprensión de lectura ese dato es de 60 por ciento. En cuanto a los egresados de las universidades, alrededor de 40% no consigue un trabajo, y más de un millón de estos profesionistas están en la informalidad.
Ante este panorama, resulta fundamental que demos a la juventud la prioridad que merece, justo cuando hay más jóvenes que nunca -más de 35 millones- y estamos en la cresta del bono demográfico, que dará paso a una tendencia de paulatino envejecimiento de la población en los próximos 10 años.
Hoy por hoy, se desaprovecha el bono demográfico, que debiera ser un factor de incidencia para un mayor crecimiento. Sigue faltando una estrategia integral, ante la que cerremos filas todos los sectores de la sociedad, para apoyar a nuestros jóvenes, y revertir en un plazo razonable estos datos duros.
Urge consolidar e implementar a fondo políticas públicas viables y acciones coordinadas (tres niveles de gobierno- iniciativa privada-sociedad civil) que nos permitan obtener resultados más rápidos y tangibles en la tarea de ayudar a que los jóvenes se desarrollen y sean el factor de cambio que necesita nuestro país. Con ese enfoque estamos trabajando en el sector empresarial.
En la intersección entre el factor educativo y el laboral, estamos focalizando esfuerzos sobre todo en el reto fundamental de vincular con eficiencia la oferta educativa y la demanda laboral por parte de las empresas.
Como hemos señalado desde hace tiempo, existe un agudo desfase entre los conocimientos y competencias con que se prepara a la mayoría de los jóvenes y los perfiles que están buscando las empresas. Hay una gran paradoja: altos niveles de desempleo entre jóvenes y, al mismo tiempo, un gran número de empleadores que afirma no encontrar gente con habilidades requeridas, con un estimado de alrededor de 40% de las vacantes que no consiguen cubrir.
Entre las distintas iniciativas en las que trabaja la Comisión de Educación del Sector Empresarial (la CESE), tenemos en marcha un esquema para promover el entrenamiento patrocinado por las empresas, con programas de aprendices, alianzas con universidades y escuelas técnicas. Asimismo, una estrategia de desarrollo de capacitación homologada por sector, tema en el que estamos trabajando también con cada uno de los sectores, en el Comité Nacional de Productividad.
Un punto fundamental es la conformación de programas de formación dual bajo el modelo Técnico Superior Universitario, basado en competencias, con tiempos cortos de estudio de dos años, 70% dedicados a la práctica. En este frente, ya quedó instalado y está operando el Comité de la Opción Educativa de Formación Dual del Tipo Medio Superior, como un órgano colegiado de coordinación.
Aquí es fundamental impulsar una propuesta de ley que garantice y permita la implementación de la educación dual en México.
Sabemos que más de 50% de los jóvenes, al elegir profesión, no tiene claro qué disciplinas son las que tienen más demanda y mejores niveles salariales. Necesitamos crear, con las instituciones y las autoridades educativas, un sistema eficaz de orientación y entrenamiento vocacional. Asimismo, promover una formación más temprana y focalizada de habilidades, que sirvan a las empresas y a los jóvenes al mismo tiempo.
Otro objetivo prioritario es el desarrollo de la currícula vocacional básica estandarizada, así como programas y centros de entrenamiento técnico a nivel local, enfocados a necesidades y oportunidades regionales.
Para impulsar la correspondencia en el mercado laboral, tenemos que consolidar sistemas eficaces de detección de necesidades y facilitación de información y medios de vinculación entre las partes. En el mismo sentido, hay que avanzar con mayor contundencia en la promoción de proyectos de innovación, investigación y desarrollo conjuntos.
Por supuesto, al tema prioritario de empleabilidad hay que complementarlo con el del emprendimiento. Necesitamos apoyar y al mismo tiempo aprovechar el talento, la creatividad y sobre todo las ganas de crecer e innovar de los jóvenes.
Por esto promovemos una iniciativa y legislación de Emprendurismo, con políticas de alcance nacional y en los estados. Incluye medidas diversas de alto impacto en el corto plazo.
A los estados, los llamamos a asignar un porcentaje de los recursos generados por el Impuesto sobre la Nómina para un «Fondo de Promoción e Impulso al Emprendedor», que canalice recursos a través de las incubadoras. A la banca y organismos de fomento, nacional y estatales, les proponemos que creen un fondo y mecanismos para que se asocien en proyectos viables y rentables, como capital semilla. Que permanezcan como socios en los primeros cinco años, para garantizar y consolidar el negocio.
Una de las mayores áreas de oportunidad que hoy tenemos en México es desarrollar un sistema de financiamiento eficaz para los emprendedores, que aproveche todos los instrumentos que hoy están disponibles, muchos de ellos sin explotar a fondo, desde capital de riesgo en el marco del TLCAN hasta crowdfunding.
También en esta área vamos a redoblar esfuerzos en el sector empresarial, y en esa línea, inicia operaciones una nueva Comisión de Emprendimiento Sustentable.
Es mucho el trabajo por delante, ante retos formidables. Pero en esta tarea, apoyar a nuestros jóvenes, nos jugamos el destino de México.
Felicitamos a todos los jóvenes en su día, 12 de agosto, y les hacemos un llamado a sumarse a la construcción de un México más justo y próspero para todos.