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Indicador Político
OAXACA, Oax. 24 de agosto de 2015.- La maestra Elba Esther Gordillo es una de las políticas más intensas en activo. Hace política hasta cuando no hace y nada en ella es improvisado. Por eso en los escritorios de analistas del gobierno federal se evalúa con frialdad su estrategia de defensa: exhibirse, amenazar y luego pasar a una condición de sumisión política.
La semana pasada se perfilaron dos Gordillo: de un lado estuvo la arrogante que platicó con el columnista Ciro Gómez Leyva y que envió mensajes amenazantes directos y ya no tanto en clave y luego apareció la resignada septuagenaria en una carta al columnista Raymundo Riva Palacio. Pero no se trata de dos Gordillo sino de una sola.
A Ciro le dijo quería regresar a la política, al poder y al SNTE, pero a Raymundo le confesó que deseaba dedicarse a su familia. El primer análisis oficial registró un temperamento inconsistente, quebrado, producto de casi dos y medio años de encarcelamiento; pero luego, al pasar por los filtros de la psicología política y del poder el resultado fue otro: se trata de un juego de poder.
La política puede resumirse como el arte de dominar al adversario; es, por tanto, un ejercicio del poder coercitivo: hacer que el otro haga lo que uno quiere, razonaron, en diferentes épocas, Hobbes, Constant, Weber y Gramsci. Así, el caso Gordillo es un asunto de poder político.
Pero en asuntos como el de la maestra Gordillo hay otros elementos en la mesa de las negociaciones. Importantes sectores gubernamentales consideran que sería prácticamente imposible que la maestra Gordillo recuperara el liderazgo del SNTE o sus espacios de poder en el PRI o sus movilidades con importantes figuras de la oposición. Podría, sí, tratar de meterse en la sucesión presidencial de 2018 pero en la política las biografías pesan y la de ella quedó marcada con el proceso penal y la desarticulación de su estructura financiera.
No, la política no sería un riesgo en la maestra Gordillo. Lo que inquietó al establishment del poder fue esa frase que le dijo a Ciro:
“Están estirando tanto la liga que parece que quisieran forzarme a romper el silencio institucional que responsablemente he adoptado”.
Los secretos del poder en realidad no preocupan al sistema político; lo que sí inquieta es la información de las antesalas privadas del poder, los secretos mejor guardados del sistema político: las vidas privadas de los políticos como políticos. Y más en un sistema periodístico fuera de control y el dinamismo de las carreteras cibernéticas del chisme elevado a la categoría de evidencia popular.
La parte más delicada de la posición política de la maestra Gordillo en la estructura del sistema político priísta fue su participación en decisiones delicadas privadas: el poder profundo lleno de secretos a los más inconfesables; a partir de la dimensión de esa información fina, en el sistema priísta ha funcionado la ley de la omertá o el código mafioso del silencio.
Se trata, en una imagen metafórica, de la información sobre los tálamos del poder, pero nada que ver con temas sexuales o de intimidad personal o familiar, porque a nadie importa quién anda con quién, sino que se ha usado para ilustrar el espacio subjetivo, espiritual, intangible del poder, donde se toman las decisiones más severas y cuestionables, más alejadas de cualquier consideración ética de la política; lo que los griegos que inventaron la política consideraban la habitación más interior de una casa. Un tálamo del poder es un espacio profundo que presenta a los políticos ya sin disfraces ni figurines, sino descarnados, sin la vestimenta pública: el poder desnudo, el poder absoluto.
Los secretos que menos preocupan a los políticos son los de su vida privada, de sus amores clandestinos, de sus debilidades humanas, ésos detalles que a nadie interesan; las verdaderas alcobas del poder son más bien esos espacios donde se intercambian los secretos del poder como para ilustrar las complicidades reales: qué sabe uno sobre el otro para que el otro también quede atado a las complicidades. Esos son los secretos del poder.
Al participar en toma de decisiones delicadas, de seguridad política del Estado, del sistema y del establishment, la maestra Gordillo supo demasiado. La información del poder que posee la maestra Gordillo es delicada, para usar una palabra suave. Hasta ahora ningún político arrestado se había atrevido siquiera a amenazar con romper el silencio mafioso que hace funcionar el sistema político priísta casi con precisión de reloj suizo.
El aparatich político del sistema priísta profundo está analizando el mensaje de la maestra Gordillo. La delación política como último recurso de defensa jurídica suele enredarse en el ejercicio del poder. Y la parte más peligrosa del poder es el poder arrinconado.
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@carlosramirezh