La Constitución de 1854 y la crisis de México
Indicador Político
MÉXICO, DF, 10 de septiembre de 2015.- En el relevo del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el 2009, el aspirante Emilio Álvarez Icaza buscó una audiencia con el entonces gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, colocado en la punta de las encuestas presidenciales para el 2012. La idea era buscar el beneplácito de quien se perfilaba como el próximo Presidente de la República.
La versión que se tiene es la del propio Álvarez Icaza, porque Peña Nieto guardó estricta discreción; identificado como una personalidad antisistémica y antipriísta, salió satisfecho de ese encuentro porque dijo que el gobernador mexiquense le había otorgado su beneplácito. El resultado no fue el esperado: Raúl Plascencia fue seleccionado como presidente de la CNDH con el voto priísta en el Senado, y Álvarez Icaza se sintió traicionado.
A partir de ahí, Álvarez Icaza asumió abiertamente su perfil antisistémico. Desde que llegó a la secretaría ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, Álvarez Icaza ha impulsado las denuncias contra el Estado mexicano. Ahí encontraron el apoyo y el espacio los padres de los 43 normalistas secuestrados y asesinados del 26 de septiembre de 2014.
De ahí que haya cuando menos tres expedientes asociados al reporte final de la CNDH:
1.- Indagar el papel que jugó Álvarez Icaza para conducir la investigación no hacia el tema de los derechos humanos, sino para reforzar la tesis antisistémica de que fue el Estado. El problema de la investigación inducida apenas habría iniciado su verdadero itinerario porque la intención final pudiera ser acreditarle la responsabilidad al Presidente de la República y abrir el expediente de genocidio como al expresidente Luis Echeverría.
2.- Si el tema central de la CIDH era de derechos humanos, entonces la propia Comisión estaría obligada a pronunciarse por la violación de los derechos humanos no sólo en la investigación sino en los hechos en sí: el alcalde perredista de Iguala dio la orden de aprehender a los normalistas, luego instruyó a su jefe de policía municipal que los entregara al grupo criminal Guerreros Unidos.
La CIDH pareció desviar la atención hacia el basurero de Cocula cuando el origen del conflicto fue la decisión autoritaria de represión de un alcalde del PRD. Por tanto, la CIDH está obligada a denunciar al PRD, al entonces presidente nacional Jesús Zambrano -hoy flamante presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados- y al entonces gobernador perredista guerrerense Ángel Aguirre Rivero de violación de derechos humanos. La PGR investigó un crimen ordenado por gobernantes del PRD pero protegiendo al PRD.
3.- El reporte de la CIDH atrajo la atención al quinto autobús que la PGR había soslayado. Ese quinto camión estaba cargado de droga, de heroína. Se supondría que los normalistas secuestraron sin saberlo ese cargamento y la venganza de Guerreros Unidos fue el asesinato; también se supone que entre los 43 normalistas había un grupo como de quince estudiantes que trabajaban para el crimen organizado. La PGR soslayó el tema para no criminalizar a las víctimas; pero la CIDH abrió esa puerta y entonces habrá que indagar la penetración del narco en la Normal de Ayotzinapa.
Si el gobierno mexicano no responde con energía, la represión del PRD será acreditada al Presidente de la República en tribunales internacionales.
Sólo para sus ojos:
Al expresidente Luis Echeverría lo exoneraron de la acusación de genocidio porque el delito había prescrito.
No cayó nada bien el paquete económico para 2016 porque el recorte presupuestal disminuirá el PIB más de lo establecido.
Irritación en las cúpulas empresariales porque no atendieron sus peticiones de ajuste a la política fiscal.
La sección 22 de maestros se acercó al SME para asesoría sobre cómo doblar al gobierno y seguir obteniendo beneficios.
Preguntan en el sector empresarial cómo le hará Hacienda para bajar el tipo de cambio de 17.20 en el mercado a 15.90 de los Criterios de Política Económica para 2016. Y el problema será mayor si la inflación en EE.UU. será de 2.1% contra 3% de México, ampliando la subvaluación del peso.
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@carlosramirezh