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OAXACA, Oax. 16 de septiembre de 2015.- El secretario de Gobernación (Segob),Miguel Ángel Osorio Chong, habló sobre la carta que el canciller egipcio, Sameh Shoukry, en la que menciona que México y Egipto viven la misma situación de violencia.
“Son dos contextos totalmente distintos y hoy, lo que nos debe de ocupar es la investigación a fondo de lo que ocurrió”, dijo el titular de Segob.
De acuerdo con información que publica el portal de López Dóriga, Osorio Chong señaló que la Secretaría de Relaciones Exteriores emitirá la postura del gobierno mexicano sobre la carta.
Shoukry expresó que “México, al igual que Egipto, ha sufrido de violencia a gran escala, aunque por diferentes motivos. La guerra contra las drogas en México ha causado la muerte de decenas de miles de personas inocentes, una gran parte de ellos agentes del orden. Grupos del crimen organizado han asesinado sin piedad a figuras políticas y funcionarios estatales.
En todo caso, esto demuestra que Egipto y México enfrentan retos similares; estamos todos juntos en el mismo barco, navegando en un océano tormentoso.
Esperamos que esto nos encamine a mantener el reconocimiento mutuo, la solidaridad, el afecto y la amistad que siempre ha existido entre nuestras dos naciones, los gobiernos y las personas, lo cual en ningún momento ha sido tan importante como ahora.”
Por su parte, Claudia Ruiz Massieu, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores calificó como “desafortunadas” estas comparaciones.
A continuación el documento completo del canciller de Egipto:
Carta abierta de Egipto al Pueblo de México
Escribo esta carta abierta al pueblo de México para expresar mi más sentido pésame y condolencias por la pérdida de vidas inocentes así como por las heridas sufridas por otros turistas Mexicanos en territorio egipcio el 13 de Septiembre de 2015.
Me doy cuenta que es poco lo que se puede decir para consolar a las familias y amigos que están de luto por la pérdida de sus seres amados. El dolor de perder a un hijo, hija, hermano, hermana, pariente o amigo de manera repentina e inesperada es simplemente inimaginable. Sin embargo, aquí en Egipto estamos más cerca de comprender cuán profundo puede ser este dolor y la pena que se puede sentir. Nosotros, de entre todas las personas, hemos experimentado de primera mano este tipo de pérdida inconmensurable. A lo largo de las últimas décadas, particularmente en los últimos años, hemos perdido numerosas vidas de civiles inocentes a causa de la violencia del terrorismo. Esta pérdida no ha incluido a cientos si no a miles de agentes de la ley quienes arriesgan y muchas veces pierden la vida en el cumplimiento de su deber; protegiendo a los civiles, sus bienes, desactivando bombas y deteniendo o combatiendo a terroristas y criminales. Al ser personas que ponen regularmente sus vidas en peligro para proteger a nuestras comunidades, les aseguro que ellos son los más cautos y cuidadosos cuando se trata de preservar la vida de otros.
Dicho esto, Egipto aún se encuentra en el proceso de investigar exactamente lo ocurrido ese fatídico día. Sin duda, las autoridades egipcias están comprometidas con el esclarecimiento de los detalles precisos de esta tragedia. La cadena de acontecimientos sigue siendo confusa y poco clara. Ha habido informes, muchos de ellos contradictorios, con respecto a si el convoy turístico tenía los permisos necesarios, si se habrían desviado hacia una zona restringida o si utilizaron vehículos todo terreno en lugar de un autobús de turistas, todo esto ha aumentado el riesgo de realizar una informe equivocado. Los hechos recientes indican que se realizaba un operativo en contra de terroristas en esa zona al momento en el que convoy transitaba por el área. Aún no se sabe si el convoy estaba simplemente en el lugar equivocado en el momento equivocado o si hubo algún error. Aseguro al pueblo mexicano que se llevará a cabo una investigación imparcial bajo el liderazgo del propio Primer Ministro de Egipto y que nuestro país está dispuesto a hacer todo lo posible para ayudar en cualquier forma posible, incluyendo la repatriación expedita de los cuerpos de los fallecidos a México así como el tratamiento médico necesario a los heridos.
Estoy profundamente consternado que algunas personas han optado por explotar este trágico suceso para alegar que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley egipcia no cuentan con un estricto protocolo de acción y que actuaron de manera indiscriminada y que no tomaron las precauciones necesarias durante sus operaciones. Dichas personas han dado a entender que se han perdido más vidas a manos de agentes de las fuerzas de seguridad de Egipto que a manos de terroristas; esto no podría estar más alejado de la verdad.
Estas personas olvidan que el terrorismo en Egipto se ha dirigido en contra de los turistas en las formas más despreciables. Controlar esta gran amenaza con el fin de que el país sea seguro para sus ciudadanos y visitantes ha costado a Egipto la sangre de muchos de sus hijos e hijas. Sería un desafío a la razón pensar que las fuerzas de seguridad de Egipto podrían dañar deliberadamente turistas inocentes. De hecho, la prosperidad de Egipto y el sustento de vida de sus ciudadanos dependen en gran medida del sector turístico, que alguna vez empleó al 12% de nuestra fuerza de trabajo y contribuyó con más del 10% del PIB. Más importante aún, les aseguro que los agentes encargados de hacer cumplir la ley de Egipto operan bajo un estricto código moral, ético y legal que busca evitar las bajas civiles. Esta es una característica que distingue nuestra humanidad y compasión. Con el trágico incidente del 13 de septiembre no tenemos nada que ganar, por el contrario, tenemos todo que perder.
México, al igual que Egipto, ha sufrido de violencia a gran escala, aunque por diferentes motivos. La guerra contra las drogas en México ha causado la muerte de decenas de miles de personas inocentes, una gran parte de ellos agentes del orden. Grupos del crimen organizado han asesinado sin piedad a figuras políticas y funcionarios estatales. En todo caso, esto demuestra que Egipto y México enfrentan retos similares; estamos todos juntos en el mismo barco, navegando en un océano tormentoso. Esperamos que esto nos encamine a mantener el reconocimiento mutuo, la solidaridad, el afecto y la amistad que siempre ha existido entre nuestras dos naciones, los gobiernos y las personas, lo cual en ningún momento ha sido tan importante como ahora.
Mis pensamientos y oraciones, así como los de los egipcios y el gobierno, están con el pueblo de México y con los familiares de las víctimas de este lamentable acontecimiento tanto para mexicanos como para egipcios. Compartimos su dolor y su tristeza y esperamos que Dios Todopoderoso nos dé la paciencia y sabiduría para sobrellevar esta pérdida insostenible.
Sameh Shoukry
Ministro de Relaciones Exteriores
República Árabe de Egipto