Coahuila y la paz
Indicador Político
MÉXICO, DF, 5 de octubre de 2015.- Como los problemas graves requieren soluciones fuertes, en los pasillos del poder político se examina la posibilidad de darle licencia política a los gobernadores chihuahuense César Duarte y veracruzano Javier Duarte de Ochoa para quitarlos de la línea de conflictos internos en sus entidades y evitar que operen sus sucesiones estatales porque beneficiarían al PAN.
Las razones de corto plazo son diferentes en cada caso pero el efecto sería el mismo: en Chihuahua el gobernador César Duarte inventó una ley antibronco para afectar a aspirantes priístas que estaban trabajando candidaturas independientes y para ello no ha vacilado en torcer las leyes judiciales provocando cohesiones en el PAN y rupturas en el PRI.
En Veracruz el gobernador Javier Duarte también puso su ley antibronco, provocó ya una quiebra dentro del PRI, tiene una disputa desgastante con la prensa por asesinatos de periodistas y exilio de otros, y el PAN ha comenzado a airear sus irregularidades financieras.
Los dos Duarte tienen relevo de gobernador en el 2016, las dos plazas son ahora del PRI pero en las dos existen posicionamientos de ventaja del PAN. De las dos, la plaza que importa es Veracruz porque representa más del 8% de los distritos electorales y es el cuarto lugar en el padrón nacional, casi 6 millones de votantes. En las dos, asimismo, hay fracturas dentro del PRI que le estarían dando ventaja al PAN. Y en los dos el PAN va a potenciar las fracturas internas en el PRI para sacar más ventajas electorales.
En Chihuahua el gobernador Duarte tuvo un accidente en helicóptero que ha tratado de minimizar, pero cuyos efectos comienzan a obligarlo a suspender eventos públicos, entre ellos su informe de gobierno. Rumbo a su sucesión Duarte ha tenido choques con las familias priístas del poder que han llegado como quejas a la dirección nacional del PRI. El problema es que el gobernador quiere imponer a su sucesor por dedazo y al margen de evaluaciones que indican otras preferencias del electorado.
En Veracruz el gobernador Duarte de Ochoa vive una confrontación permanente con sectores y varios de sus problemas han llegado a dimensión nacional, entre ellos los asesinatos de periodistas, el aumento de la narcoviolencia, los asesinatos de mujeres configurando ya una situación de feminicidios y su obsesión contra los Yunes del PAN y del PRI es enfermiza.
En este sentido, en los centros políticos de decisión se examina la necesidad de quitar al veracruzano Duarte del centro de las disputas antes de que termine su sexenio para evitar que maneje su sucesión causando estragos en el PRI y favoreciendo a la oposición panista.
Las denuncias del diputado panista-maderista Miguel Ángel Yunes Linares y el desplante de burla del veracruzano Duarte contra el senador priísta Héctor Yunes, humillándolo en un acto público, colmaron la paciencia en los centros de decisión política del PRI. En el mapa político priista del 2016 Veracruz está en foco rojo.
Ante la preocupación por la crisis veracruzana, el PRI nacional ha designado al exgobernador Fidel Herrera Beltrán como operador político en la plaza porque los primeros indicios revelan que el candidato de Duarte a la gubernatura perdería las elecciones. Y Veracruz es vital para el 2018, además del compromiso del PRI con el presidente Peña de no perder ninguna gubernatura.
Sólo para sus ojos:
Cada vez más grupos sociales y políticos acotan el poder presidencial. Ahora buscan evitar dos nuevos ministros de la Corte de Justicia que salgan del sector político.
Las comisiones legislativas no buscan eficacia sino que son premios-castigos, lo mismo en el PRI que en la oposición. Pero ahora la baja calidad de los legisladores beneficiará al ejecutivo como el primer legislador del sistema.
Los aliados originales locales de Jaime Rodríguez El Bronco están preocupados porque lo querían de tiempo completo en Nuevo León y no haciendo campaña por la candidatura del 2018. Pronto podrían meterlo al orden y sacarlo de la jugada presidencial. Lo eligieron por seis años.
Muchos senadores se quedaron pasmados cuando el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, suplicó a los legisladores que no pusieran IVA a alimentos y medicinas. Aunque dejó la suspicacia de que el gobierno podría plantearlo pero que sea iniciativa de los legisladores. La mano del gato, pues.
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@carlosramirezh