Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
QUERÉTARO, Qro., 31 de octubre de 2015.- Flores de cempasúchil, papel picado y calaveras decoradas en altares y peregrinaciones hacia la Peña de Bernal forman parte de la tradición en zonas indígenas, principalmente en Tolimán y Amealco, de Querétaro.
Los otomí- chichimecas acuden a uno de los monolitos más grandes del mundo para rezar y pedir gracia para sus antepasados, que combinan con cantos y una charola de madera donde se coloca medio cuartillo de frijol o maíz, así como 12 jarritos de barro con chocolate o café que acompañado por pan representan a los 12 apóstoles y en medio de estos se pone un jarro grande igualmente con pan y chocolate que representa a la comunidad para pedir por salud, caridad, trabajo y valor para los vivos y para los difuntos perdón y protección.
La influencia chichimeca y otomí se presenta en las plazas y jardines en forma de altares de muertos que son ofrecidos a familiares y personajes históricos, este año fue dedicado a los benefactores queretanos Josefa Vergara y Hernández y Don Juan Caballero y Ocio.
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