Diferencias entre un estúpido y un idiota
OAXACA, Oax. 26 de noviembre de 2015.- El sistema de gobierno Republicano que los mexicanos nos dimos, tiene que ver con que esencialmente es la división de poderes lo que sustenta nuestra organización política.
Para quienes a través de los medios legales buscan ocupar espacios de poder, sea como legisladores, ejecutivos o judiciales, el desconocimiento de este fundamento de nuestro sistema político nacional les auxilia a evadir sus responsabilidades, de tal manera que, en el ejercicio de las funciones México vive la cultura del Presidencialismo y la democracia como un método para gobernar, que es cada vez más nulo en nuestro país.
A lo largo de la historia nacional encontramos diferentes ejemplos de presidencialismo, incluso el “Juarismo” lógicamente encabezado por Don Benito Juárez García, ejerció un férreo sistema presidencial.
En el marco de la reelección del presidente Juárez para el periodo 1871-1875 se recogen diversos ejemplos de esta forma de ejercer el poder; en diciembre de 1870 Mariano Escobedo envió a Benito Juárez dentro de una carta el siguiente texto: “Le suplico me indique quiénes son las personas que usted desea que salgan por este estado”. Se trataba de una “consulta” al presidente para que indicará quienes debían ser electos democráticamente integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en representación de San Luis Potosí, de donde era gobernador Don Mariano (cfr. La otra historia de México pp 38-72 Edit Diana 1ª Edición 2010).
Otro ejemplo de esa época, el Congreso Nacional otorgó en repetidas ocasiones facultades extraordinarias al presidente, con las que Juárez gobernó por varios años y cada que lo necesitaba, al margen de la Constitución de 1857, la que él había defendido para instaurar en México la República, cómo lo lograba, pues a través de la operación con diversos personajes, entre ellos gobernadores y algunos generales o empresarios (crf op. cit.et. al.) del gabinete, ni dudarlo que quienes lo integraban eran fieles seguidores, so pena de vivir el destierro político que un compadre del mismo Don Benito pasó desde que planteó tener aspiraciones presidenciales. ¿Por qué este repaso histórico? Simple, para tratar de explicar lo que desde el inicio de la Legislatura actual en nuestro estado acontece.
Se ha dicho y está probado que los actuales diputados son los menos productivos en comparación a pasados periodos. En la actual legislatura, no prevalece el debate de cosas importantes para Oaxaca; las últimas sesiones, reportan los diarios del estado, los diputados se han dedicado a reprocharse dispendios y actos de corrupción, no por coincidir con la tan anhelada transparencia y rendición de cuentas, sino porque ha habido un mal reparto de los recursos que el presupuesto estatal tiene destinado al ejercicio de la Cámara de Diputados.
Gestiones, según, es lo que más hacen los actuales diputados, lo anterior hace inferir que es el moche lo que les interesa y aprovechar de paso con recursos públicos tener un piso de adeptos para sus aspiraciones como candidatos a presidentes municipales. Pero de trabajo legislativo nada.
En el actual estado de cosas en Oaxaca, es de relevancia para un estado republicano con separación de poderes que, cada poder tenga su propio presupuesto, esto le da fortaleza y autonomía del ejecutivo pero, ese cambio cualitativo, los diputados no lo entendieron y se han quedado en el solo cambio cuantitativo y no conformes con eso dedican sus tiempos a la incansable gestión de los pueblos que representan o de sus organizaciones.
Más aún, decisiones importantes siguen el curso que se traza desde el palacio de Gobierno en el centro de nuestra capital oaxaqueña, y al ejemplo de la época Juarista, piden línea y recursos.
No entendieron los diputados de la Coalición que el PRI estaba puesto a obstaculizar y jugar su papel de opositores en la Cámara aunado a que, en el PRD los diputados saben mucho de gestión y poco o nada de técnica legislativa, era lógico que las grandes reformas que debían impulsarse desde una agenda legislativa de la izquierda para darle a los oaxaqueños mejoras e igualdad de oportunidades, ni de pasada están en la prioridad de los diputados.
Claro, la historia del Presidencialismo y la opacidad de los legisladores oaxaqueños en el desempeño de sus funciones no es culpa de Juárez. Reflexiones que sólo son Fundamentos.