Y ahora ¿qué hacemos con Trump?
Café para todos
Tuvieron que pasar 20 largos meses para que la llamada “Línea Dorada” o Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro -que enlaza a Mixcoac, en el surponiente de la capital, con Tláhuac, en el suroriente-, volviera a funcionar en su totalidad.
Las 6 estaciones que faltaban por operar son Tezonco, Olivos, Nopalera, Zapotitlán, Tlatenco y Tláhuac, pues ya en octubre reabrieron Culhuacán, San Andrés Tomatlán, Lomas Estrella, Calle 11 y Periférico Oriente.
El jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera, aseguró que no se volverá a suspender el servicio y que se implementaron todas las medidas de seguridad necesarias en el sistema de transporte.
Mancera dijo que a pesar de que muchas voces apostaron que las estaciones cerradas de la Línea 12 del metro no reabrirían, su rehabilitación se logró cambiando materiales, rieles, fijaciones y corrigiendo el desgaste ondulatorio generado en curvas a 150 metros.
Por su parte, el secretario de Obras y Servicios del GDF, Edgar Tungüi Rodríguez dijo que las obras de rehabilitación “están garantizadas” y que la dependencia dará seguimiento al desempeño de las nuevos elementos de vías y trabajos de mantenimiento encomendados a empresas privadas.
El director del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC), Jorge Gaviño, aseguró que la Línea Dorada operará a una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
La suspensión, en marzo de 2014, provocó además de un escándalo político, un verdadero cataclismo en el sistema de transporte público capitalino, al suspenderse el servicio en 11 estaciones por fallas de construcción, que se sospecha estuvieron teñidas de corrupción y de fraude.
El escándalo provocó muchos reacomodos. El entonces director del Metro, Joel Ortega, fue removido de su cargo el pasado 2 de julio, aunque se rumoró que su destitución estuvo disfrazada de la renuncia masiva de todo el gabinete de Mancera para supuestamente, evaluar su desempeño.
Aunque Ortega es reconocido como una de las figuras clave en el triunfo de Mancera en la batalla electoral de 2012 -pues fue su coordinador de campaña-, no estuvo a la altura del cargo, por lo que fue relevado por Jorge Gaviño Ambriz, presidente del Comité del partido Nueva Alianza en la Ciudad de México.
Ortega fue secretario de Seguridad Pública con el anterior jefe de gobierno, Marcelo Ebrard y se vio obligado a renunciar tras el escándalo del bar News Divine, ubicado en la delegación Gustavo A. Madero, en junio de 2008, cuando un operativo policiaco mal instrumentado provocó la muerte de nueve jóvenes y tres policías.
Al concluir la gestión de Ebrard y el posterior triunfo de Miguel Ángel Marcera, Ortega fue nombrado director del STC, donde debió enfrentar polémicas decisiones como la de suspender 12 estaciones de la Línea Dorada por supuestas fallas graves, y el aumento del pasaje de 3 a 5 pesos en diciembre de 2013.
Además, le tocaron frecuentes fallas en la operación de trenes y accidentes como el del 4 de mayo pasado, cuando dos convoyes colisionaron en la estación Oceanía, por fallas en el sistema de frenado. Todo eso aunado a su pésima relación con el sindicato del STC.
Bajo la directriz de Ortega, el Metro registró hasta 43 incidentes en año y medio, desde enero de 2014 hasta el 31 de junio del 2015.
De acuerdo con México Evalúa, la línea 12 del Metro, multipromocionada por Marcelo Ebrard como la obra más importante de su administración, se terminó con 10 meses de retraso y costó 9 mil 222 millones de pesos extra, más del 50 por ciento del monto original.
Se empezó a construir en 2008 mediante un contrato entre el gobierno del Distrito Federal (GDF) y las empresas ICA, Alstom y Carso, por una suma de 15 mil 290 millones de pesos, pero ni el contrato ni la duración se mantuvieron cerca de lo originalmente planeado, según la organización.
Para investigar el caso de la Línea 12, se nombró la Comisión Especial para dar seguimiento al ejercicio de los recursos federales que se destinen o se hayan destinado a la línea 12 del Metro, misma que presentó su informe el pasado 3 de marzo ante el pleno de la Cámara de Diputados, donde se concluyó que el origen de las fallas se debe a deficiencias de diseño y falta de coordinación de los trabajos.
El documento señala que “en opinión de esta Comisión Especial, son significativos los vacíos de información generados, por lo que asumimos que la hondura y la complejidad técnica del debate sobre la problemática de la Línea 12, tornan difícil la formulación de afirmaciones concluyentes. No obstante, la información recabada y analizada por esta Comisión Especial permite señalar que existen diversas aristas por explorar y agotar en las instancias correspondientes (…)
Asimismo, al referirse a los afectados, el informe manifiesta que la población del Distrito Federal -los más de 450 mil usuarios afectados por la suspensión del servicio en las once estaciones cerradas, los contribuyentes que con sus impuestos aportaron al financiamiento del proyecto, los vecinos y ejidatarios que reclaman atención por la afectación de sus casas y terrenos, así como la opinión pública de todo el país-, merecen una respuesta concreta a su demanda por transparencia, eficiencia y honradez en el manejo de los recursos públicos”.
Entre las recomendaciones, la mencionada Comisión dictaminó “girar instrucciones al titular del Sistema de Transporte Colectivo Metro, ingeniero Adolfo Joel Ortega Cuevas, para dar a conocer, bajo el principio de máxima publicidad, los “acuerdos financieros” asociados al contrato de prestación de servicios a largo plazo (PPS) No. STC-CNCS-009/2010 y los montos a detalle que abarcan cada uno de los conceptos considerados en el objeto de dicho contrato”.
MARCELO EBRARD Y SU AUTOEXILIO DORADO EN PARÍS
Marcelo Ebrard -quien no se presentó a la comparecencia de la Comisión Especial-, buscó infructuosamente lograr una curul cuyo fuero le permitiera estar a salvo. Sin embargo, al fracasar en ese intento, abandonó el país para evitar que se le fincaran responsabilidades, aunque él ha afirmado que en realidad lo que se pretendía es denostar su imagen y hacerlo pasar por el villano de la película para desbancarlo como posible candidato a la presidencia.
Cabe destacar que el actual director del STC, Jorge Gaviño Ambriz, declaró -en una anterior entrevista con la Agencia Notimex-, en su carácter de presidente de la Comisión Especial Investigadora de la Línea 12 del Metro en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), que “la administración anterior del Gobierno del Distrito Federal (GDF), encabezada por Marcelo Ebrard Casaubón, incurrió en serias fallas en la construcción de la Línea 12 del Metro, ya que careció de un proyecto ejecutivo integral, lo que propició, entre otras cosas, que se construyera bajo un esquema de “precio alzado”, no adecuado para este tipo de obras.
El entonces asambleísta señaló en ese momento “que hay servidores públicos de la anterior administración del GDF que tienen alguna responsabilidad, quienes incurrieron en una grave falta por no contar con un proyecto ejecutivo integral, sino uno que se entregó en parcialidades, conforme se iban terminando los distintos tramos que conforman la Línea Dorada. Tampoco fue un proyecto adecuado y desde el punto de vista legal, hay también responsabilidades concretas”, aseguró.
En las investigaciones realizadas por la Comisión de la Asamblea Legislativa, se detectó una falta de coordinación entre los equipos del Proyecto Metro y el Sistema de Transporte Colectivo Metro, toda vez que el primero “llevaba a cabo la generación y supervisión de la obra civil y electromecánica” mientras que el segundo se hizo cargo de los trenes.
Esto provocó, además de la falta de coordinación referida, retraso en los tiempos de entrega y un problema que se traduce en una falta de armonía entre todas las partes involucradas en la construcción de la Línea, puntualizó Gaviño Ambriz.
A un año y 8 meses de estallar el escándalo, la Secretaría de Obras y Servicios del GDF ha invertido mil 100 millones de pesos en la reparación de las estaciones afectadas, además de que su mantenimiento preventivo y correctivo oscilará entre 160 y 180 millones de pesos anuales, según declaró Jorge Gaviño, quien reiteró que la Línea 12 continuará presentando el problema de desgaste ondulatorio que obligó a su cierre; no obstante, indicó que se llevará a cabo un monitoreo permanente de ese desgaste y cada 6 meses se dará mantenimiento a los rieles en las curvas.
En declaraciones recientes -ante un petit comité de periodistas-, Jorge Gaviño se deslindó de la posición que el gobierno de Mancera esgrimió desde el principio del escándalo, sobre las sospechas del desvío de dinero y de un supuesto fraude mayúsculo en el que se utilizaron materiales de mala calidad para ahorrar en materiales, además de la pésima elección de los trenes, sin contar con la sospecha de que alguien se embolsó jugosas ganancias y las depositó en bancos suizos.
Por supuesto, como desafortunadamente suele ocurrir en México, por más que sea evidente, nadie se atreve a denunciar a los responsables, porque para eso hacen falta pruebas palpables y las autoridades de la fiscalía nunca las reunieron.
Hasta diciembre del año pasado, 40 funcionarios menores habían sido inhabilitados o multados con sanciones impagables de 3 mil millones de pesos.
Por otra parte, la Contraloría General del Distrito Federal informó ayer martes que por el cierre de la Línea 12, “se han presentado 14 denuncias ante el Ministerio Público contra 65 servidores públicos, que derivaron en órdenes de aprehensión, además de sancionar administrativamente a 125”.
La dependencia señaló en un comunicado que debido a esas 14 denuncias, se han abierto 2 procesos penales por los delitos de uso ilegal de atribuciones y en un caso por concusión, por los cuales se giraron las respectivas órdenes de aprehensión solicitadas por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), además de que se han instrumentado 34 procedimientos administrativos contra 162 servidores públicos, de los cuales 125 fueron sancionados.
Y eso es todo. Ni Marcelo Ebrard, ni Enrique Horcasitas Manjarrez -entonces director del Proyecto Metro y hoy prófugo-, ni Mario Delgado, entonces Secretario de Finanzas del GDF y actual senador, han recibido sanción alguna. Por eso este país está siendo condenado al fracaso.
GRANOS DE CAFÉ
… La visita del Papa Francisco a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en febrero próximo, pone de manifiesto la preocupación y sensibilidad del Prelado hacia la dramática marginación y segregación de los indígenas del mundo, de México y, en especial de esta entidad, donde el 1 de enero de 1994 inició la insurrección armada zapatista.
El Sumo Pontífice está bien informado -seguramente por documentos que le han entregado jerarcas de la Iglesia católica chiapaneca-, sobre la dura realidad social imperante en esta entidad fronteriza con Guatemala, donde a pesar de su inmensa riqueza natural y económica, la mayor parte de su población vive por debajo de los niveles de pobreza, sobre todo los indígenas.
Seguramente el discurso del papa Francisco en Chiapas -estado que ya visitó su antecesor Juan Pablo II-, reflejará el pensamiento progresista del jefe de la Iglesia católica, que se ha caracterizado por abordar sin tapujos los temas sociales, que pesan como una lápida sobre la sociedad global, de manera franca y estremecedora.
Y qué más estremecedor e indignante, que el sometimiento y explotación ancestral al que han estado sujetas las etnias chiapanecas, a pesar de todos los programas de ayuda que se han aplicado en las décadas recientes en esta entidad, pero que en este y otros gobiernos, sólo han tenido como destino, las cuestas bancarias de funcionarios mentirosos, ineptos, ineficaces y corruptos.
No obstante las repetidas alarmas de los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, sexenio tras sexenio se degrada cada vez más la miserable existencia de los chiapanecos.
Es bien sabido que Chiapas toda, ha sido históricamente un coto de poder conservador donde, como los hacendados del siglo antepasado, ahora hay una pequeña élite dueña del poder político y económico que mantienen el control absoluto del estado, considerado uno de los más ricos en biodiversidad, pero igualmente con mayor explotación de los recursos naturales.
El Papa Francisco también visitará la Ciudad de México, para acudir a la Basílica de Guadalupe e incluirá en su visita otros puntos del territorio que ningún otro pontífice había visitado en México, como la fronteriza Ciudad Juárez, estigmatizada por los feminicidios y el crimen organizado.
La visita papal a Chiapas está movida sin duda también por otra lastimosa realidad: la de los migrantes que hace años dejaron de ser solamente sud y centroamericanos, al grado que hoy cruzan por esa frontera lo mismo asiáticos, árabes, europeos y hasta cubanos.
Una frontera que a la vez de prodigar el paso de lacras del crimen organizado -que pueden pagar por su ingreso-, penaliza el de mucha gente buena, víctima de la gigantesca maquinaria de corrupción que hoy como nunca, y de manera escandalosa, se ha convertido en el pan de cada día en Chiapas…Sus comentarios envíelos al correo [email protected]