Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
Indicador Político
MÉXICO, DF, 11 de diciembre de 2015.- El PRI vive una extraña paradoja: en casi todas las encuestas para las elecciones de gobernador en 2016 y 2017 está colocado en punta, pero las dificultades para reconstruir la estructura del poder, destruida en los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón podrían, beneficiar a la oposición y más si se concreta la alianza PAN-PRD.
En las tres aliancistas del 2010 que ganaron expriistas como candidatos del PAN-PRD el PRI se fortaleció, pero la falta de liderazgo político estatal y nacional y el fortalecimiento de cacicazgos locales está llevando al tricolor al umbral de la derrota: en Puebla ganaría el PAN del gobernador y precandidato presidencial panista Rafael Moreno Valle, en Sinaloa el PAN estaría capitalizando la lucha sin reglas en el priismo y en Oaxaca el PRI nacional no pone orden.
En Veracruz y Chihuahua, dos graneros de votos priistas, los gobernadores han impuesto sus reglas locales y de grupo por encima del PRI nacional y del Presidente de la República, pero con acciones de autoritarismo y violencia política que han roto la estabilidad interna en el PRI estatal.
A ello se agrega un problema de operación política: el presidente nacional del PRI tiene la instrucción de operar victorias en las gubernaturas del 2016 como preparativo para el 2018, pero en la designación de candidatos ya se coló justamente la sucesión presidencial: aspirantes del PRI que quieren poner gobernadores como avance, el Presidente de la República con preferencias de amistad y el propio Manlio Fabio Beltrones que se encuentra en la lista selecta de los cuatro principales precandidatos presidenciales priistas.
En Oaxaca, Sinaloa, Colima, Veracruz y Chihuahua hay indicios en sondeos de que el PRI tendría una ventaja, pero la disputa por las candidaturas fortalecería la alianza PAN-PRD. El líder priista Beltrones se encontró con un PRI inexistente políticamente por la gestión sin rumbo de su antecesor César Camacho Quiroz. Y ha gastado capital político en intentar –no siempre con éxito– reconstruir las líneas de mando en el partido en el poder.
El punto clave en el desorden priista en la asignación de candidaturas a gobernador radica en la falta de un involucramiento personal, directo y enérgico del presidente Peña Nieto, dejando el sistema de toma de decisiones demasiado suelto. En Oaxaca y Sinaloa la crisis está localizada no sólo dentro del PRI sino en la figura de aspirantes que dicen tener relaciones presidenciales comprometidas: el oaxaqueño José Murat y el sinaloense David López han complicado las sucesiones respectivas con charolazos presidenciales.
En Chihuahua el gobernador César Duarte ha usado expedientes judiciales y amenazas de cárcel contra adversarios de su mismo partido y en Veracruz el gobernador Javier Duarte difundió la versión de que el presidente Peña Nieto le cedió el honor de designar al candidato; en ambas plazas la lucha interna en el PRI ha ido decreciendo la tendencia de votos a favor del PRI y ha comenzado a fijar una situación de polarización que beneficiaría a la oposición en la medida de que los votos no serían a favor de un candidato priista sino en contra del continuismo de los gobernadores salientes.
Si el PRI nacional no pone orden, algunas elecciones del 2016 serán adversas y por tanto malas noticias para 2018.
Sólo para sus ojos:
• El rector de la UNAM, Enrique Graue, comenzó su nueva actividad con muchas críticas… a los demás y no a la propia Universidad que le heredó José Narro: violencia, porrismo, narco y radicalismo enferman a la Universidad.
• La Secretaría de Cultura no es mala, sólo que nadie sabe exactamente para qué la quieren. Sobre todo porque los presidentes de 1994 a la fecha no necesitan a los intelectuales. Y falta saber quién será el titular.
• En Argentina viene una guerra política. En nombre de un peronismo que no es lo que fue y de una burocracia de poder, los seguidores de Cristina Fernández no entienden aún por qué el peronismo perdió las elecciones si tenía tantos seguidores.
• Lo de la acusación contra Arturo Escobar fue una trampa y ahora todos pagarán los platos rotos, comenzando por el PAN y el PRD que ocultaron información.
• Escepticismo y sorpresa en los capitalinos por una reforma que cambiará el estatus político sin estar preparados para las nuevas formas de gobernar. La pelea electoral en el DF será entre el PRI y Morena.
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