Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de febrero de 2016.- El maltrato a las personas mayores es un tema tabú, se sabe que existe pero en muchas culturas aún se considera un asunto privado. La realidad es que es un fenómeno que ocurre en todas partes del mundo y, en general, los sistemas para su medición y control no funcionan bien en ninguna parte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que, mientras no se establezcan mecanismos para detectarlo y resolverlo, el problema continuará semioculto.
La OMS define este tipo de maltrato como un acto único o repetido que se produce en una relación basada en la confianza y que causa daño o sufrimiento a una persona de edad. La falta de medidas apropiadas para evitarlo también se considera maltrato. Este puede ser intencional o resultado de negligencias. Además, puede adoptar diversas formas además de la física, como psíquica, emocional o sexual. Puede manifestarse también en el abuso de confianza en cuestiones económicas.
Las estadísticas atestiguan que los niveles de abusos y malos tratos en personas mayores y discapacitadas son más altos que en el resto de la población. Entre sus causas se encuentran, además del progresivo envejecimiento de la población, factores de carácter social, cultural, político y económico. Pero debido a la falta de consenso internacional sobre los protocolos de detección, clasificación, actuación, o seguimiento, los datos sobre el maltrato de personas mayores son muy dispares.
Ni todas las víctimas denuncian los hechos ni todos los procesos judiciales llegan a resolverse. El miedo, la vergüenza y la culpa son los pilares que mantienen el silencio cómplice de los ancianos maltratados. También influyen otros factores como la desconfianza en el proceso judicial o una capacidad de comunicación limitada.
“(Los mayores maltratados) Claudican por el temor a represalias, a la ruptura de los afectos. Y a ello se une una sensación de fracaso cuando se preguntan qué han hecho mal en la familia para llegar a esto” afirma la catedrática y psicóloga Mercedes Tabueña. En muchas ocasiones los lazos afectivos con el maltratador y el miedo a la soledad son los factores determinantes que impiden al mayor maltratado denunciar su situación.
En ocasiones los propios maltratadores no son conscientes de las heridas emocionales que causan en los mayores. La mayoría de las heridas físicas se curan con el paso del tiempo pero el maltrato psicológico puede dejar grandes marcas en la persona.