Pide Nino Morales que Judicatura investigue a paristas
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de marzo de 2016.- El doctor en derecho Miguel Carbonell reconoce que la Justicia, así, con mayúsculas, no existe.
Y dice que la justicia con minúsculas “queda con el debido proceso legal, donde se respeten las formalidades, se respete la ley, las víctimas tengan voz, se les repare el daño, se le cuiden sus derechos…, y también al procesado”.
Agrega: “se trata de tener una justicia asequible a la que podamos razonablemente aspirar. Está en el debido proceso legal, seamos estrictos en la exigencia del Estado de Derecho, esa es la lucha, siendo realistas, y no pretendiendo de que esto se trata de una utopía ¿verdad? no pretendiendo que la nueva reforma penal sea el nuevo México, el nuevo ser humano, pues eso no es cierto”.
Miguel Carbonell habla con Quadratín México en uno de los despachos de la Fundación de Estudios Jurídicos Carbonell, la cual él dirige.
– Doctor, respecto a la capacitación de los policías, dentro del marco del Nuevo Sistema Penal Acusatorio, se les ha instruido a los policías para saber ¿qué hacer cuando detengan a alguien presunto culpable?
– Bueno, efectivamente en un momento dado el policía podría ser llamado ante el juez y tendría que responder las preguntas sobre las circunstancias en que se dio la detención. El 80 por ciento de las detenciones en flagrancia, es decir, en el momento mismo del hecho ilícito o en la persecución inmediata a la comisión del delito. Bueno es lo que dicen. Hubo o no flagrancia, en qué circunstancias, si hubo abusos o si hubo tortura, puede haber detenciones arbitrarias pues eso sucede y seguirá sucediendo, y, vaya, un cambio en la ley no creo que lo detenga y en esa parte se les exigirá más a los policías.
Asegura el autor de 44 libros que hay “policías vejados”, pues “no hemos sabido crear una carrera policial, ha habido mucha improvisación en general, con sus excepciones. Es una policía mal pagada, mal vista y muy mal reconocida. Creo que debemos dignificar la función de la policía, pues juega un papel estelar en la pacificación de la sociedad, en el propio proceso civilizatorio y en México eso no lo hemos sabido leer muy bien”.
El tema de los policías es uno de los tres focos rojos junto con procuradurías y las cárceles, asegura y agrega que la Ley de Delincuencia data del 2006 y no se ha reformado ni adecuado para el nuevo sistema. Tenemos una clase política muy mediocre y miope ante la urgencia que se debe tener para ser efectivos ante el crimen.
Hace una pausa para complementar: “y los jueces tienen que estar atentos a las condiciones que se le presentan, si la persona fue lesionada, si la persona fue objeto de tortura, si fue objeto de malos tratos o fue sujeta al llamado paseo, que es cuando te agarran y te pasean durante horas y días, y la Suprema Corte ya lo dijo con el caso de Florence Cassez, que esa demora excesiva obliga a dejar al acusado en libertad porque se violó el debido proceso. En fin…
– ¿Doctor, entonces en dónde queda la justicia?
– Bueno, la justicia con mayúsculas yo no creo en ella ni que tampoco exista y sea accesible a los humanos, la justicia con minúsculas para todos queda con el debido proceso legal, en que se respeten las formalidades, en que se respete la ley, en que las víctimas tengan voz, tengan representación, estén bien asesoradas, se les repare el daño, la víctima esté cuidada en sus derechos, pero también al procesado, yo creo que el hecho de que incluso suponiendo que en el juicio, también los acusados tienen derechos, pues por haber cometido un delito eso no te convierte en que trate de que seas un terreno baldío, donde puedan hacer lo que quieran contigo. No. Se trata de tener una justicia asequible al que podemos razonablemente aspirar, está en el debido proceso legal. Observemos esas disposiciones, cumplamos con la ley, seamos estrictos en la exigencia del Estado de Derecho, esa es la lucha, siendo realistas, y no pretendiendo que esto se trata de una utopía ¿verdad? no pretendiendo que la nueva reforma penal sea el nuevo México, el nuevo ser humano, pues eso no es cierto.
– Va a tener que haber una transición de trabajo con el Nuevo Sistema Penal…
– Sí, hemos encontrado una ruta de aprendizaje, pero más o menos rápida. Nosotros medimos… un año de duración, pues empezamos muy rígidos, muy formales, muy en su papel, muy acartonados incluso, y conforme fueron dándose las audiencias y conforme fueron aprendiendo fiscales, jueces, victimas y acusados van avanzando.
Explica el abogado –quien ha dictado cerca de mil conferencias en México y otros países– que Chile, por ejemplo, tiene una ventaja que no tenemos –tiene 19 millones de habitantes, es muy chiquito, menos de los que vivimos en el Valle de México–. Chile un país unitario, tiene un sólo poder judicial, hay un fiscal que sustituyó en la nueva reforma al juez de instrucción y que es de reciente creación.
Los pendientes del Congreso de la Unión
México, como un país federalista, tiene sus ventajas y también sus desventajas. Tenemos 32 entidades federativas, un fuero federal y fuero militar. Es decir, tenemos 34 estructuras judiciales con 34 códigos penales porque se unificó la legislación adjetiva, es decir, procesal, porque es federal, pero cada entidad preserva sus códigos penales, que serán los que definan los delitos. Pero yo veo aquí un problema que tiene que ver con la homologación de sanciones, dice y ejemplifica:
En Guanajuato la interrupción del embarazo se condena con 30 años de prisión y aquí en el DF puede ser delito después de las 12 semanas de gestación. ¡Caramba!, en el Estado de México el delito de secuestro se castiga con 80 años de prisión y a lo mejor en Campeche es de 20 años, porque allá no secuestran a nadie. Entonces, insisto, no es culpa del sistema penal pues este responde a la estructura federal del Estado mexicano, pero ciertamente tenemos que ser muy responsables y eso complica la aplicación de un Nuevo Sistema de Justicia Penal.
La información completa, aquí: Quadratín México