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MORELIA, Mich., 5 de marzo de 2016.-“No hay más García Márquez que el periodista”, decía de sí mismo el autor de libros emblemáticos como Cien años de soledad, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, La hojarasca, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto, El coronel no tiene quien le escriba, entre muchos otros del novelista, cuentista, reportero y guionista cinematográfico, galardonado en 1982 con el Premio Nobel de Literatura.
El escritor colombiano, nacido en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927 y fallecido en la Ciudad de México el 17 de abril de 2014, decía que en sus libros, “lo que cambia es la elaboración, el tratamiento del material. Pero, digamos, las formas de aproximación a la realidad son la esencia del periodista.
En mi caso son las mismas: tanto para la literatura como para la política y para el periodismo. Entonces yo considero que mi primera y única vocación es el periodismo”.
En una entrevista realizada en 1976, aseguraba que lo que él quería era ser periodista. Su infancia, la pasó con sus abuelos: el coronel Márquez, un excelente narrador que fue su cordón umbilical con la historia y la realidad y Tranquilina Iguarán una mujer imaginativa y supersticiosa que llenaba la casa con historias de fantasmas, premoniciones, augurios y signos.
Aunque realizó estudios de derecho, éstos le reafirmaron su vocación de escritor y en 1947 publicó su primer cuento La tercera resignación en el periódico El Espectador de Colombia.
Luego se desempeñó como reportero en diarios colombianos como El Universal y El Heraldo y fue corresponsal en París y Nueva York. Su carrera literaria comenzó con una novela breve, La hojarasca (1955), cuya historia transcurre en el mítico y legendario pueblo de Macondo, creado por el autor.
En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba y un año después, reunió algunos cuentos bajo el título de Los funerales de Mamá Grande y publicó su novela La mala hora.
A principios de los sesenta del siglo XX, llegó a México donde fijó su residencia y fue en nuestro país, donde pudo realizar su gran novela, una en la que sucediera todo y que tenía pendiente desde los 18 años.
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