Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Ventana
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de marzo de 2016.- Vientos huracanados del invierno tardío soplan sobre el imperio de Miguel Ángel Mancera… para mal y para peor.
El jefe de la CDMX hubiera deseado que le hicieran lo que el viento a Juárez cuando en realidad han venido a levantar el vestido de la autoridad y a enseñar los calzones rotos. Ni modo.
Lo que el viento se llevó fue la frágil idea de una ciudad en marcha. Las flamantes siglas de la CDMX quedaron sepultadas bajo la leña de cientos de árboles caídos, miles de ramas, algunos postes y cables de luz y teléfono, un centenar de anuncios espectaculares y una que otra barda.
Pero el aire embravecido también es metáfora.
El doctor Mancera es progresista, sí, pero ha sucumbido una y otra vez a las ráfagas de viento de una democracia protestante, marchante y disfuncional, opuesta a todo cuanto haga falta.
Por ejemplo, Mancera cayó de espaldas con los soplidos del ogro magisterial de la CNTE que lo hizo rehén de un pleito ajeno; el torbellino de la vecinocracia hizo volar el infame Corredor Cultural Chapultepec con todo y los intereses económicos que parecían apuntalarlo; la rueda del bosque rodó hacia el Auditorio empujada por la ira del Consejo Rector Ciudadano; la ampliación de la línea A del Metro desaparece por obra y desgracia del recorte al presupuesto federal…
En los últimos días, arrecia la disputa del jefe de Gobierno con la autoridad federal por el territorio de 710 hectáreas ocupado por el aeropuerto –más grande que todo el Bosque de Chapultepec– para concretar un ambicioso proyecto multifuncional como legado.
Mientras sopla el viento y las redes sociales se “empanzonan” con advertencias de no salir y quedarnos en casa, con todo y niños sin escuela, los ciudadanos contemplamos la fragilidad de una autoridad sepultada por proyectos fallidos y falta de firmeza para asumir el costo de gobernar.
¿Acaso al gobierno de Miguel Ángel Mancera lo consume el ansia presidencialista, y está manipulado por intereses privados de moral?
¿La preocupación del jefe de Gobierno por su futuro paraliza su presente?
Ojalá y la bandera monumental de San Jerónimo desgarrada por el vendaval sin rumbo no sea mal presagio para los planes del doctor Mancera.
EL MONJE HIPERVENTILADO: Al gobierno virtual se le durmió el pajarito. Eran las diez y media de la noche del miércoles y la SEP, ni nadie, avisó la suspensión de clases por el ventarrón en la Ciudad de México. ¿Secretario Nuño, también eso ha de manejarse como nota exclusiva de un medio de comunicación en particular?
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