Mantiene Oaxaca éxito rotundo en el Festival Internacional Cervantino
JUCHITÁN, Oax., 6 de abril de 2016.- Entre los 10 libros latinoamericanos que compiten por el Premio al Mejor Libro Traducido 2016 en los Estados Unidos se encuentra El Olivo Negro (The Black Flower and Other Zapotec Poems) de la escritora bilingüe oaxaqueña Natalia Toledo.
El prestigioso galardón The Best Translated Book Award 2016 que empezó a premiar los mejores libros traducidos al inglés desde 2007 es impulsado por el proyecto Three Percent (Tres por ciento) de la Universidad Rochester del norte de Nueva York.
El premio tiene la finalidad de reconocer el trabajo de calidad en las traducciones que se hacen en la Unión Americana, que según la página electrónica del proyecto, las traducciones sólo representan el 3 % del total de libros que se editan en el país anglosajón.
El Olivo Negro fue seleccionado de entre más de 560 libros de 80 países diferentes que compitieron de América Latina y España. En esta ocasión el poemario en zapoteco, español y traducido al inglés por Clare Sulivan es uno de los tres libros mexicanos que compiten, además de obras de Brasil, Argentina y España.
En pasadas ediciones han competido los escritores Roberto Bolaños con su libro Los detectives salvajes, Fernando del Paso con Noticias del Imperio, también han estado en la prestigiada competición los escritores José Manuel Prieto de Cuba, Rocío Cerón que ganó en el 2015.
El poemario zapoteca fue nombrado recientemente por la revista norteamericana especializada en literatura y traducción Word Literature Today (Literatura Mundial de Hoy), como uno de los 75 libros mejor traducido al inglés a nivel mundial.
Con el Olivo Negro ( Guie´ Yaasé’) , Natalia Toledo ganó en 2004 el premio Nezahualcóyotl de Literatura, único premio nacional de la literatura indígena contemporánea en México.
Para la escritora bilingüe, la nominación ya de por sí es un honor y un reconocimiento a la lengua zapoteca y parte del pensamiento de un pueblo, plasmado en versos.
“Es un reconocimiento al zapoteco, a la lengua que me heredó mi madre, mis abuelos, al conocimiento de todo un pueblo, a la sabiduría de los ancianos. Todo eso lo tradujo Sulivan de manera muy fina.”, explicó la poeta juchiteca
Para lograr su objetivo, la traductora no se quedó en la parte superficial de la traducción, por el contrario se adentró en la vida de la escritora.
“Me visitó dos veces para preguntarme y escarbarme hondo el uso del idioma. Me hizo consciente de los conceptos que yo usaba en ambos idiomas, como dicen, no dejó ningún cabo suelto porque es muy obsesiva tanto que fue a Juchitán para conocer el ambiente y las cosas que usé en cada poema. Anduvo en el mercado preguntando y viendo en las calles los tipos de árboles. Entrevistó a personas cercanas a mí, para conocer mi mundo”, comentó la también diseñadora.