La Constitución de 1854 y la crisis de México
Uso de Razón
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de abril de 2016.- El informe que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) presentará el domingo, tiene un final previsible ante el tamaño de su fracaso por hacer una investigación decente: enfocarán baterías contra el Ejército.
No es fortuito que más de un año después de ocurridos los hechos, haya “aparecido” en redes sociales un video en el que al menos dos integrantes del Ejército torturan a una mujer miembro del cártel de la Familia Michoacana.
Se trata de una acción deplorable, aún y cuando sea contra una persona que seguramente no se tocó el corazón para matar, torturar o mutilar a secuestrados en poder de su grupo. Los salvajes son ellos y no lo deben ser los representantes del Estado.
Pero la filtración de ese video un año y dos meses después de sucedido el agravio, tiene un propósito estratégico: minar la credibilidad y el prestigio del Ejército previo a un informe, el del GIE, que los va a culpar a ellos.
Los principales responsables del golpe a la imagen del instituto armado son los que torturan a la detenida, pero la difusión del video, un año después, está en una estrategia política que favorece al GIEI y sus patrocinadores.
Ahí viene, pues, en voz de los integrantes de ese grupo que no es interdisciplinario, ni es experto ni es independiente, la acusación contra el Ejército y su “lucha contrainsurgente” como responsable de haber acordonado el terreno para que los asesinos mataran sin contratiempo a los normalistas.
Será otro invento del GIEI, que ha engañado a buena parte del país y del mundo interesado en la prevalencia de los derechos humanos sobre la barbarie.
El GIEI mintió al informar que en Cocula no hubo incendio. El grupo colegiado de expertos en fuego, elegido por ellos y por la PGR, determinó que sí hubo un incendio “de grandes dimensiones” en el basurero de Iguala.
Los del GIEI mintieron con el cuento de que tenían una foto satelital que probaba la inexistencia de fuego en Cocula los días 26 y 27 de septiembre de 2014.
Y mintieron con la historia del “quinto autobús” que podía llevar droga a Estados Unidos y fue secuestrado por los normalistas en la terminal de Iguala.
Hubo un quinto, un sexto y un séptimo autobús en la noche de Iguala. El GIEI se refiere al camión número 3278 de Estrella Roja, secuestrado por 14 normalistas en la terminal, y que abandonaron cerca del lugar porque estaba incómodo para viajar en él a la Ciudad de México el 2 de octubre.
Ese autobús no llevaba droga ni iba a viajar a Chicago. Carecía de permiso para internarse a Estados Unidos y sus recorridos se circunscribían a Guerrero y a Morelos.
Así es que ante sus mentiras descubiertas, los miembros del GIEI buscarán cubrir su retirada con una enorme cortina de humo: el Ejército Mexicano. Y van a realizar una semana de activismo político para insistir en sus falsedades.
“No hay garantías. Nos vamos”.
Van a ocultar la verdad: esos normalistas fueron presa de la lucha entre dos grupos político-criminales enfrentados: Guerreros Unidos, de las autoridades de Iguala, y Los Rojos, aliados de los directivos de la normal de Ayotzinapa.