Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
OAXACA, Oax. 30 de abril de 2016.- Nuevamente los caciques políticos juchitecos demuestran su ambición y ruindad desmedidas al acaparar las candidaturas de los partidos políticos, causando indignación y desencanto en la población votante partidista y no partidista.
Como los avezados ladrones, integran su planilla electoral en lo oscurito y calladitos, esperando hasta el último momento para darla a conocer al pueblo, encabezada por ellos mismos e integrada por personas marionetas, insulsas y sumisas.
Por el PRI va el expresidente del slogan “Pasión por Juchitán”, Daniel Gurrión Matías, el que durante su administración imperó la demagogia, la corrupción, el nepotismo y el desgobierno; ¿recuerdan cómo su familia hizo y deshizo en todas las regidurías para su bolsillo? ¿cómo los hermanos disfrazados de empresas fantasmas se adjudicaron las obras municipales para su beneficio, ignorando y despreciando la protesta de cientos de contratistas, materialistas, constructores, sindicatos y empresarios de materiales para la construcción? ¿recuerdan las aguas negras que expulsaban los drenajes colapsados en la sexta y séptima sección que volvían insoportable el ambiente de la ciudad? Pues esta desgracia se nos viene encima de nuevo si no somos capaces de hacer memoria.
Por el PRD viene Gloria Sánchez López, una señora sin criterio propio, que será la Juanita de su hermano Héctor, que durante sus más de 20 años en el ayuntamiento juchiteco jamás ha propuesto o hecho una buena acción en beneficio de nuestro municipio. Yo la recuerdo muy bien porque en el trienio de Daniel Gurrión, siendo ella regidora de Imagen Urbana, organizó la destrucción de las históricas tumbas del panteón de Cheguigo sur porque “afeaban la vista de entrada” a la Novena Sección.
El candidato de Morena es Alfredo Linares, el eterno secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Agencia Modelo del Istmo, un cacique político venido a menos porque lucró con su cargo y maquinó con los patrones la explotación desmedida y el despido arbitrario de sus compañeros trabajadores.
Andrés Manuel López Obrador justifica su postulación, que es incongruente con los principios ideológicos de Morena, de esta manera (según el reporte de Diana Manzo publicado en La Jornada): “Critico la posición de los líderes de la COCEI, quienes nada más nos entretuvieron y finalmente se fueron con los corruptos del PRD; yo solo les digo que ser de izquierda no significa leer a Marx, sino no traicionar al pueblo”
No menciono a los candidatos de los partidos minoritarios porque inciden muy poco en la votación debido a la cultura política en Juchitán: manejo de recursos públicos y adjudicación de terrenos en colonias populares para el control y manipulación de la gente pobre por parte de los caciques políticos locales.
La “democracia electoral” que vivimos en México se volvió un juego de intereses personales y no una búsqueda de los caminos más adecuados para lograr el bienestar de la sociedad. ¿Cómo detener a los políticos sinvergüenzas, quienes han vivido permanentemente del presupuesto público y que persisten en seguir ocupando los espacios de gobierno en deterioro de nuestros pueblos? ¿Qué debemos hacer para inculcar entre los ciudadanos, principalmente entre los jóvenes, una mayor conciencia política a fin de participar y elegir a los mejores hombres o mujeres de nuestros pueblos para gobernarnos?
Cómo me da tristeza y coraje ver a nuestros jóvenes ser utilizados por los candidatos para repartir dádivas (playeras, lonches, despensas, etcétera) o acarrear muebles y equipo de sonido como burros para las reuniones o mítines, jóvenes que debieran ser la voz crítica y el puño en alto contra los políticos y partidos farsantes que en cada proceso electoral reparten migajas y promesas, y contra la situación de pobreza, injusticias y discriminación que viven nuestros pueblos.
Hoy, por donde sea que miremos, el escenario que se observa no parece ser nada optimista. Necesitamos corazón y entereza para pensar en un proyecto común que desarrolle la viabilidad de nuestro municipio como nación zapoteca. Administrar Juchitán como lo han hecho hasta ahorita, hasta el peor de los zopencos lo puede hacer; para gobernar y construir acuerdos que permitan reactivar el crecimiento y el desarrollo, hace falta talento y dignidad, cualidades que no poseen los candidatos actuales.
El destino de Juchitán no debe estar en manos de estos políticos medievales que tienen secuestrado a los partidos políticos para su beneficio personal y familiar. Si no queremos que las cosas sigan igual y en deterioro permanente, tendremos que opinar y participar de manera consciente, como ciudadanos libres, para crear una corriente de opinión que obligue a los impresentables actores políticos actuales a que de una buena vez se vayan al basurero de la historia.
Juchitán merece un mejor destino, su larga tradición de lucha contra el abuso y la corrupción, nos obliga a repensar y a enderezar nuestros actos, antes de que el desaliento y la pobreza empujen a nuestros pueblos a reclamar y a hacer efectiva la justicia con sus propias manos. Necesitamos corazón y entereza para pensar en un proyecto común que nos ayude a vivir mejor.
Víctor Terán,
beeu saaguidxi, iza 2016.