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PUERTO VALLARTA, Jal., 18 de junio de 2016.- Con constantes “vivas”, porras y un “¡Ta,ta,ta,ta!” , este sábado fue despedido Rubén Aguirre, conocido popularmente como El Profesor Jirafales en su actuación en El Chavo del 8.
La misa de cuerpo presente empezó a la una de la tarde en la parroquia del fraccionamiento La Aurora y concluyó poco después de las dos de la tarde, luego de ser velado desde el viernes a las dos de la tarde en la Funeraria Celis de esta ciudad, lugar a donde acudieron los mariachis.
Tanto en su interior como en el exterior de la iglesia lució llena de gente de todos los estratos sociales, por lo que se cual se implementó un amplio operativo de seguridad alrededor de la iglesia.
Padres con sus hijos en brazos muchos venidos de colonias populares de este puerto en donde vivió a lo largo de diez años. Familiares del estuvieron y esposa Consuelo Reyes, quien en silla de ruedas se mantuvo al pie del féretro y detrás de ellas hijos y familiares.
A su lado, en primera fila estuvo Carlos Villagrán, El Señor Barrigas, quien mantuvo un silencio largo.
El Señor Barrigas siempre acaparó la atención de adultos pero fueron niños lo que lo rodearon en el momento en que todos comenzaron a saludarse. Reía lento, saludaba y abrazaba pero hasta ahí.
Durante la misa ofrecida por el Padre Job y el párroco Jorge Cueto brindaron palabras de aliento.
El Padre Job, quien por un buen rato mantuvo a su lado as un niño vestido del Chavo del 8, dijo que El Profesor Jirafales fue un hombre que regaló alegría al mundo y ese espíritu que nos compartió”.
El Padre Job dijo a familiares que al Profesor Jirafales “siempre lo llevaremos en el corazón y en la memoria “ y luego lanzó y un Ta,ta,ta,ta!.
Después el joven Rubén Aguirre de Los Reyes, hijo del profesor Jirafales, agradeció la asistencia de todos los ahí presentes.
“Mi papá siempre quiso que lo recordaron como un buen hombre. Y fue un gran hombre”, mencionó al tomar la palabra y pidió aplausos también para su padre y madre, quien lo acompañó “en las buenas y en las malas”.
Al final el Padre Job pidió a hombres presentes sacar el ataúd en hombros. “Honor a quien honor merece, a un buen hombre. Sacarlo en ataúd es rendirle tributo a un hombre que fue grande”, dijo.
Y ya cuando el ataúd subía a la carroza para trasladarlo a su cremación surgió entre la multitud nuevas porras y un Ta,ta,ta,ta”.
Fuente: Quadratín Jalisco