Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 23 de julio de 2016.- Oaxaca estuvo de fiesta, sin distingos de grupo o diferencias notorias.
Por momentos, los convites del magisterio y de las delegaciones asistentes a la Guelaguetza parecían uno mismo.
A los visitantes no les importaba si eran de tal o cual Guelaguetza, igual se mezclaban probando mezcalitos y bailando al son de las notas.
El centro histórico de Oaxaca fue un mar de colores y notas musicales.
Desde 2006, la Guelaguetza en Oaxaca se divide en dos bandos, uno que considera tener la autenticidad y otra, que cautiva a los visitantes con sus ritmos y belleza.
Ambas en algún momento se funden en una sola. Se confunden. Los rostros son parecidos, las mujeres igual de hermosas, hombres bravíos.
Los separa una causa, aquí los une la música. Son dos convites, pero en realidad, es una sola fiesta: La Guelaguetza.
Ya se anuncia en las calles, ya vibra en el corazón de la ciudad y resuena, como los cohetones de cada delegación avisando que en julio, Oaxaca está de fiesta.