Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Uso de razón
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de agosto de 2016.- Los empresarios tienen razón: el gobierno no ha cumplido con su obligación de garantizar el Estado de derecho ni de proteger la propiedad privada ante los ataques de la disidencia magisterial del SNTE.
Tienen sus comercios vacíos, sus productos sin poderlos sacar por los bloqueos de carreteras y vías de ferrocarril, son miles de millones de pesos en pérdidas, y encima se les exige que paguen impuestos.
Del lado de la disidencia magisterial, llevan sin trabajar desde el 15 de mayo y se les sigue pagando el sueldo…con los impuestos que cobra el fisco a los que sí trabajan.
La disidencia magisterial del SNTE tiene una flotilla de alrededor de 150 vehículos robados a transportistas, a industrias, a ciudadanos y a cocesionarias, y las autoridades federales y estatales no hacen absolutamente nada para proteger el patrimonio de personas y empresas.
Su “Guelaguetza magisterial” la celebraron con el bloqueo de vías con camiones robados.
Si quieren parar el tráfico en una carretera le prenden fuego a autobuses de pasajeros, y no pasa nada.
Bueno, sí pasa, les ponen una mesa de negociación a los vándalos y a las empresas les cobran impuestos sin importar sus pérdidas y el atropello a la propiedad privada.
¿De cuándo acá sacaron en el gobierno que la propiedad privada no importa con tal de no hacer enojar a los vándalos de la disidencia magisterial?
La omisión del gobierno en proteger a las personas y a sus bienes no puede quedar como un hecho secundario en sus funciones. Es su labor esencial, para eso existe el Estado.
Pero primero atienden a los atacantes, hasta con cafecito y galletas, y las víctimas que se arreglen solas. Ah! y que no se les olvide pagar impuestos. Bonito negocio.
El secretario de Educación ha salido a defender la reforma, sin la cual “no hay futuro”, dice y es cierto.
Sin embargo, la negocian: no hay despedidos por dos meses y medio de paro en Oaxaca porque los maestros andan en sus tareas de bloquear carreteras, ferrocarriles, agredir a los que piensan que son policías o rapar a maestros que acudieron a presentar su examen de evaluación.
Ese vandalismo se paga con recursos fiscales, pues han recibido sus sueldos con puntualidad.
Los descuentos a los faltistas ya se empezaron a pagar, y los líderes magisteriales a los que se apresó por delitos graves ya están sueltos, excepto a dos que pronto veremos en la calle en nuevos bloqueos y destrucción de mobiliario público y propiedad privada.
En la secretaría de Gobernación negocian con la disidencia magisterial los “dientes” de la reforma educativa, y por lo visto también las evaluaciones.
Claro, sacan la cuenta que una reforma educativa es mejor sin dientes a tener muertos y heridos en cuatro estados. Y también tienen razón.
Pero si no iban a poder con la disidencia magisterial, o si no existía la decisión política de hacer cumplir esa legislación aprobada por una amplia mayoría de la representación popular en el Congreso, ¿para qué se lanzaron con la reforma?
El tema es muy difícil, sí, pero querían gobernar.
Lo que van a lograr con las indefiniciones y al transigir con los violentos, es empoderar aún más a la disidencia magisterial y debilitar al Estado.
Mientras, los perjudicados del sector productivo que sigan pagando impuestos a pesar de no poder trabajar. Y que los alumnos sin clases que pasen de año aunque no hayan terminado el ciclo escolar.