Enumera presidente de Paraguay los 3 desafíos de la prensa latina
LOS ÁNGELES, Cal., 28 de agosto de 2016.- Aunque dijo muchas veces que no tenía dinero, ni nada que dar, a más de una generación enriqueció con sus letras, su voz, una puesta de escena única y que llevó hasta el final, al que fue su último concierto, el viernes 26 de agosto.
“Puro Michoacán”, vociferó con emoción, luciendo una brillante camisa azul, ataviado en un traje negro y con el cabello desenfadado, en uno de los tantos momentos que tomó asiento para recuperar el aliento, con visible cansancio marcado en el rostro.
Apenas comenzaba su gira, la última de su carrera. El viernes fue la segunda presentación de MeXXico es todo, y tuvo lugar en Los Ángeles, California.
Se despidió, sin duda, como todo lo que hizo durante su vida artística: de una manera bastante llamativa e innovadora, con un escenario de 360 grados. Al Divo de Juárez no le dio tiempo, sin embargo, de volver al país que le vio nacer para cantarle a Guadalajara y a Monterrey, lugares en los que tenía pautados conciertos para el 3, 8, 9, y 10 de septiembre próximos.
Juanga dedicó su vida a las baladas, rancheras, boleros, pop latino y más, desde 1971, cuando tenía 21 años. Nació en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950, en el seno de una familia pobre, y bajo el nombre de Alberto Aguilera Valadez.
A los cinco años entró a un internado de mejoramiento social para menores en Ciudad Juárez, lo que le alejó de su madre desde niño y le hizo fortalecer su carácter. Se vio obligado a crecer de golpe y junto a su maestro de hojalatería, Juan Contreras, aprendió a tocar la guitarra para, a los 13 años, componer su primera canción, La muerte del palomo.
Antes de cantar, vendió burritos con su mamá y su hermana, pasó por California y Tijuana, probando suerte, fue corista de grupos en centros nocturnos, cantó en bares como solista, cayó preso por un supuesto robo que nunca cometió y, finalmente, consiguió su anhelado contrato con una disquera, la RCA.
Su primer disco se tituló Alma Joven, con 10 temas de su autoría.
La popularidad llegó con No tengo dinero, que en versión instrumental vendió un millón de copias, y en América Latina el disco lo compraron 2 millones de personas.
Su consagración la consiguió en el concierto que dio en el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, en 1990.
Sus canciones han sido versionadas por más de mil 500 artistas, y en diversidad de idiomas como el francés, alemán, inglés, griego, entre otros.
Es, hasta ahora, el artista mexicano con más reproducciones en YouTube, con más de 13 mil conciertos ofrecidos por el mundo y uno de los que más boletos vendió en Estados Unidos, como intérprete latino.
Murió en Santa Mónica, California, EU, a las 11:20 horas de este domingo, como confirmaran sus familiares y amigos.
Fuente: Quadratín Michoacán