El asesinato del Padre Marcelo es absolutamente inaceptable: ONU-DH
MORELIA, Mich., 29 de agosto de 2016.- Siete días después de nacer, Alberto Aguilera Valadez fue bautizado en la parroquia de Parácuaro, Michoacán, por el presbítero Miguel M, quien le impartió el primer sacramento para quienes profesan la religión católica.
La fe de bautismo, cotejada por el jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Héctor Chávez Gutiérrez, y de la cual Quadratín posee copia, da cuenta de que el hijo del matrimonio formado por Gabriel Aguilera y Victoria Valadez, fue liberado del pecado original, según la creencia católica, en enero de 1950.
De acuerdo con el historiador Arturo Herrera Cornejo, debido a la popularidad que alcanzó en la década de los 50 la adaptación mexicana de la radionovela cubana ‘El derecho de nacer’, era común que muchas familias consideraran llamar a sus hijos Alberto, influenciados por la variante caribeña de Albertico, como era nombrado el personaje principal de la trama escrita por el compositor oriundo de Cuba Félix B. Caignet.
Alberto Aguilera, quien en los escenarios fue bautizado como Juan Gabriel, habría recibido el nombre de pila debido a la fama del personaje radial y la influencia que tenía ese medio de comunicación para entretener a las familias a mitad del siglo 20.
En la fe de bautizo, con el folio 146, se aprecia en letra cursiva que como padrino del menor de los diez hijos de la familia Aguilera Valadez, se encuentra un hombre de apellido Espinoza y cuyo primer nombre -aunque resulta ilegible- podría ser el de Antonio.
Mientras que la madrina del cantautor sería Maribel Melgoza, a quien junto al padrino fueron a quienes, según el párroco de Parácuaro, se les advirtió de las obligaciones y el parentesco espiritual que adquirían con el entonces recién nacido.
El nombre con el cual Alberto Aguilera se hizo famoso se debe a las dos figuras masculinas que marcaron su infancia y su destino.
Juan sería en homenaje al maestro de hojalatería Juan Contreras, quien lo arropó en el internado de Ciudad Juárez donde permaneció 8 años, y le enseñó los primeros acordes en una guitarra, además de alentarlo a componer su primera canción a los 13 años conocida como La muerte del palomo.
Gabriel sería en alusión a su padre, con quien Alberto convivió muy poco tiempo debido a que el jefe de la familia fue internado en el Hospital de la Castañeda en la Ciudad de México debido a un padecimiento nervioso que lo trastornó de manera irreversible, y lo llevó a perder contacto con su familia y la realidad.
Fuente: Quadratín Michoacán