Visitan aeropuerto de Oaxaca comunicadores especialistas en turismo
Pero sobre todo querremos la luz del sol; hay poco que pueda crecer en la oscuridad.
La meditación es nuestro paso hacia la luz del sol.
— Como lo ve Bill, p. 10
OAXACA, Oax., 10 de noviembre de 2016.- Algunas veces pienso que no tengo tiempo para la oración y la meditación, olvidando que siempre tenía tiempo para beber.
Es posible que encuentre tiempo para cualquier cosa que quiera hacer con suficiente fervor.
Cuando empiezo con la rutina de la oración y la meditación, es una buena idea planear dedicar una pequeña porción de tiempo para ello.
Por la mañana leo una página de uno de los libros de la Comunidad, y cuando me acuesto por la noche digo “Gracias a Dios”.
Según la oración se convierte en un hábito, iré aumentando el tiempo que dedique a ella, sin siquiera darme cuenta del tiempo que ocupe en mi atareado día.
Si me resulta difícil orar, simplemente repito el Padre Nuestro porque en realidad lo abarca todo.
Luego pienso en los motivos que tengo para estar agradecido y digo unas palabras de gratitud.
No tengo que encerrarme en un armario para rezar.
Sólo me retiro mentalmente por un instante.
Según continúe mi práctica de la oración, veré que no necesito palabras, porque Dios puede escuchar y escucha mis pensamientos en el silencio.
(Del libro Reflexiones diarias Copyright © 1991 by Alcoholics Anonymous World Services, Inc.)