Economía en sentido contrario: Banamex
OAXACA, Oax.,12 de febrero de 2017.- Ha sido motivo de reflexión la búsqueda de la mejor forma de elegir a los representantes populares a los Congresos legislativos, existe tres fórmulas fundamentales: de mayoría, en donde se determina una circunscripción territorial y se elige a un diputado que gana por mayoría simple, es decir, el que obtenga más votos; de representación proporcional, se determina una sola circunscripción nacional o estatal, el porcentaje que obtiene el partido es el porcentaje de curules que obtiene; el mixto, donde se combinan los dos modelos anteriores, se eligen diputados por mayoría y por representación proporcional.
México tiene el modelo mixto en una proporción de 60% de mayoría relativa y 40% de representación proporcional. Por el dominio casi absoluto del PRI desde su fundación como PNR luego PRM, por su legitimidad revolucionaria en la integración de la Cámara de Diputados a nivel nacional y estatal, se tuvo la necesidad de abrir espacios en las curules para representar las minorías que no concordaban con las políticas y proyectos de los gobiernos revolucionarios, tales como los comunistas y demás expresiones de la izquierda, así como las derechas, como el PAN.
Primero fue la estrategia de postular los llamados “diputados de partido” en los años sesentas, para luego, con la Reforma Política de 1977 incluir los diputados de representación proporcional, en donde no se incluyeron a los priístas por obvias razones, para 1996 se establece los senadores de representación proporcional.
La lógica fue que ante el dominio de un solo partido había la necesidad que las minorías estuvieran representadas dando así una expresión de pluralidad. Desde luego, nadie en su sano juicio podía estar en contra de este proceso de apertura democrática. De esta manera llegaron a los órganos legislativos tanto federales como estatales, brillantes voces de mexicanas y de mexicanos que contribuyeron a la ampliación de nuestra vida democrática.
Durante el proceso de vigencia del modelo mixto, también se incorpora al PRI en el reparto de las curules de representación proporcional con la Reforma Electoral de 1986 ante los avances electorales de los demás partidos, el modelo empieza por tener vicios en la asignación de estas curules como por ejemplo, los espacios son ocupados por amigos, amigas, miembros de círculos internos de los dirigentes partidistas, los cuales sin mérito alguno pasan a ser diputados. Pronto, las mentes brillantes dejan de estar presentes en los congresos legislativos. Los plurinominales son fuente de corrupción y de ineficacia legislativa.
Si concordamos que la pluralidad ya llegó a los Congresos legislativos con la presencia de la izquierda representada por el PRD y MORENA, el centro con el PRI y el PVEM, la derecha con el PAN, no se tendría razón para seguir teniendo a los diputados de representación proporcional, esta lógica me parece impecable. Sin embargo, es necesario subrayar que los partidos se han ganado a pulso el desprestigio ante la ciudadanía, se han corrompido, cuestan muy caros, seguir en la lógica partidista es simplemente aberrante, las candidaturas independientes nos parecen una buena salida pero a condición de flexibilizar las disposiciones que hacen casi imposible este ejercicio.
Dada la situación especial de la composición ciudadana de Oaxaca, en donde un colonialismo de más de 500 años sigue presente cuya expresión actual es la colonialidad, es decir, nuevos dispositivos legales, políticos, económicos, sociales, culturales e ideológicos que someten a los pueblos indígenas en condiciones de encomienda, simples objetos de manejos de poder. En este contexto cobra sentido la propuesta de que estos pueblos estén representados en la Cámara de los diputados, darle voz a los de sin voz. Simplemente sería un acto de justicia.
Otra posibilidad podría ser la eliminación de los plurinominales pero aumentando a 30 los distritos uninominales, es decir, 30 diputados en total. De esta manera se podría recuperar la lógica histórica de la conformación de nuestras regiones, lógica que tiene sustento en la tradición, en la identidad, en las comunicaciones, en los distritos rentísticos, judiciales, eclesiásticos y no en los modelos matemáticos del INE.
En las elecciones pasadas tuve la oportunidad de competir por mi partido Unidad Popular en el distrito 9 con cabecera en Ixtlán, para mi conciencia histórica, como serrano, intentaba representar a mis paisanos de dos distritos históricos, con gran tradición, Ixtlán y Villa Alta, sin embargo, la máquina insensible del INE que no sabe de tradiciones, de conciencias, de amores por el terruño, por una cuestión numérica, agrega a este distrito a pueblos del Valle y a pueblos de Etla. De verdad, son hermosas las personas del Valle y de Etla, pero no forman parte de mi cultura serrana, de mi tierra, en donde están enterrados mis antepasados.
Lo mismo se puede decir de otras regiones que el INE les quebró la identidad, la unidad regional, la historia y la cultura. Por eso considero viable la propuesta de integrar 30 distritos con sus pueblos, cultura, prácticas, historias y costumbres es muy buena, quien los represente en la Cámara de Diputados estará orgulloso de trabajar para pueblos que tienen unidad y etnicidad compartida.
No faltará quien repruebe la propuesta de eliminar a los diputados plurinominales, pero los partidos y los diputados se han ganado el repudio ciudadano a pulso, son ya una cultura política, un cemento social difícil modificar.
Ahora, para mejorar la representación ciudadana en el Congreso y se tengan menos diputados por los partidos políticos, es aconsejable que se elijan a un número determinado de ciudadanas y ciudadanos bien preparados, con servicios destacados a la comunidad, con calidad moral, honestidad a toda prueba, sin vínculos con las camarillas de poder, con ideas e innovaciones en la cultura, en las ciencias, con espíritu de lucha a favor de los más necesitados, que integrados en una lista sean votadas y votados por los ciudadanos oaxaqueños, evidentemente sin el respaldo de nadie más que de sí mismo.
Ésta lista la integrarían los propios ciudadanos a partir de una encuesta y sancionada por los órganos electorales. No dudamos que hay miles de ciudadanas y ciudadanos oaxaqueños que llenan estos requisitos en demasía, además no sería restringido sólo a los radicados en tierras oaxaqueños sino que estaría abierta la lista para cualquier oaxaqueña y oaxaqueño que esté más allá de las fronteras. Es hora de ciudadanizar a la Cámara de Diputados que en verdad día a día se gana la reprobación de los oaxaqueños.
La dignificación del Congreso oaxaqueño es un imperativo ético, no es posible seguir con las mismas prácticas de los congresos de la Alianza. El gobernador Alejandro Murat tiene la palabra, es el momento histórico para empezar a dignificar a nuestra institución legislativa, institución que ha sido testigo del paso de grandes legisladores y grandes mentes. Es hora de poner manos a la obra.