Mantiene SSPO activo el Plan de Apoyo a la Población en el Istmo
OAXACA, Oax., 30 de abril de 2017.- Las velas, son celebraciones nocturnas llenas de sincretismo religioso, que se celebran en todos los pueblos zapotecas del Istmo de Tehuantepec, siendo las más representativas dedicadas en honor a los santos patronos de los pueblos; en Juchitán a San Vicente Ferrer, en Tehuantepec a Santo Domingo de Guzmán, en Ciudad Ixtepec a San Jerónimo Doctor, en el Espinal a la Virgen del Rosario, entre otras.
Todos los istmeños, zapotecas, huaves, mixes, zoques y chontales, han asistido o visto por lo menos una vez una de estas celebraciones, por lo que la realización de la fiesta es muy por todos conocida, pero no sus raíces y significado, por lo tanto aquí un pequeño acercamiento a ellas en el marco del comienzo de las tradicionales velas en todo el territorio istmeño.
De acuerdo al investigador zapoteca Víctor de la Cruz en el libro La religión de los binnigulasa, las velas tienen un origen sagrado y prehispánico, por lo que parte citando al escritor oaxaqueño Manuel Martínez Gracida, que a finales del siglo 19 establece los orígenes de las velas.
Las velas son celebraciones nocturnas testimonio del sincretismo religioso en Tehuantepec: la vela Biaza, celebra la resurrección zapoteca primavera y la natividad de la Virgen María ; la vela Bini, se dedica a Centéotl y a la Virgen del Rosario; la vela Paloma, se ofrenda a Xochiquétzal, doncella que se prepara para el matrimonio, a las parteras – otoño, así como a la Virgen de la Concepción.
El historiador explica que las velas con nombre en español se organizaron alrededor de cofradías que los frailes les dieron a las festividades indígenas dedicadas a las deidades zapotecas en determinada fecha del año, de acuerdo con el calendario agrícola, por ejemplo la Vela Biní , maíz, estaba dedicado a Pitao Cozobi, Dios del Maíz.
Por supuesto que muchas de las velas con nombres zapoteco y por consiguiente dedicadas a una deidad zá han desaparecido, aunque persisten algunas.
En Juchitán aún sobreviven la Vela de los Pescadores, guzebenda; la del lagarto guela beñe; la de la muerte guiigu dxita.
De acuerdo al lingüista Víctor Cata las velas se llevaban a cabo como agradecimiento a las divinidades por la vida, la salud, las buenas cosechas, los buenos tiempos.
Actualmente, en el Istmo de Tehuantepec hay un sincretismo religioso producto del encuentro de los pueblos mesoamericanos con España.
Las mujeres asisten con el elegante traje regional que las caracteriza y los hombres portan guayaberas blancas y pantalón negro.
Entre las velas programadas en El Espinal para este mes de mayo, se encuentra la Vela Primavera, el día 6; la vela San Juan para el día 13; la Vela San Mateo, el 20 de mayo y la Vela del Rosario a efectuarse el 27 de mayo.
Los istmeños que han emigrado a otros lugares, como la Ciudad de México, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Minatitlán y Coatzacoalcos, Veracruz, así como otras poblaciones, realizan sus velas en forma similar.