Una manera de autocuidado es nombrar lo que sentimos: Iveth Luna Flores
OAXACA, Oax., 20 de mayo de 2017.- ¡Mira wey, ahí hay tres camarones!
_ ¿Dónde? ¡Deja la cerveza! ya estás viendo visiones…
Ese fue el rompimiento, y lo supo de inmediato. Tomó un crayón y, sobre la madera en que apoyaban las cervezas y trazó los tres camarones que había visto. Era cierto, su gran pasión, la que le llena el alma, no podía contenerse más.
La noche del viernes, en la Galería Arte de Oaxaca, el novel pintor oaxaqueño Rogelio Henestrosa Matus, rodeado de amigos, familiares y artistas inauguró su primera exposición: “El señor tlacuache”.
Su perfil profesional ha sido la de un diseñador gráfico y esa es su forma de ganarse la vida.
Su alma es la de un artista que hoy nos deja mirar en su interior, un interior forjado entre las tierras de San Francisco Ixhuatán y las aguas del río Ostuta, entre los manglares y olor de agua salobre; no cabe duda, las tierras mágicas del Istmo de Tehuantepec confirman su alto grado per cápita de inspiración, sueños, arte y cultura.
La niñez de Rogelio “fue una fábula rodeada de personajes reales en la playa del mar, del río y de atractivos naturales” dijo Nora Henestrosa, y nos explicó que “el tlacuache tiene una vida misteriosa y audaz y, curiosamente sus hábitos se parecen mucho a los de los humanos al comer, al sostener su alimento con las manos, al embriagarse con jugo de palma como el hombre y en la forma tan curiosa de hacer el amor”.
Dedicarse a la pintura no ha sido fácil puesto que tiene una familia a la que debe procurar en todas sus formas. Pero ha sido precisamente ese amor de familia el que le permitió el tiempo y le dio el espacio para dedicarse a pintar los animales con los que pasó su infancia.
Hoy nos dio la oportunidad de conocerlo y su obra ahora es pública, ha dejado la intimidad de su taller para iniciar el recorrido por los muros del mundo que le esperan. ¡Enhorabuena amigo Rogelio!.
Tuvo entre sus invitados a los pintores Rolando Rojas, Tomás Pineda y Noé Díaz; así como al afamado tenor oaxaqueño Edilberto Regalado.