Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
OAXACA, Oax., 9 de agosto de 2017.- El priismo siempre ha andado en busca de su ideología.
En 1994, como presidente electo, Ernesto Zedillo quiso borrar la herencia del llamado liberalismo social impuesto por Carlos Salinas.
Designó presidente de la Comisión Nacional de Ideología del Consejo Político Nacional (CPN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Jesús Reyes Heroles, hijo del ícono del mismo nombre.
Reyes Heroles hizo un trabajo muy serio
Tras muchos foros y muchas exposiciones, glosó en tres gruesos volúmenes el camino sobre el cual andaría el PRI.
Vino la sana distancia, la falsa lejanía entre gobierno y partido.
De nada sirvió la presencia de un ideólogo calidad Santiago Oñate Laborde porque fue removido cuando presidió la 17 Asamblea Nacional y quiso aplicar la independencia repetida desde por Zedillo con el dato falso de abstenerse de participar en su sucesión:
-Ya me corté el dedo… Miren.
Castigo Zedillistas por los candados
Ernesto Zedillo manejó el PRI como trapeador.
Cuando un presidente priísta no le gustaba, no le daba una segunda oportunidad y hasta les impedía presentarse como corresponde a los Estatutos del partido.
Así retiró a Santiago Oñate Laborde, pero le fue peor a César Augusto Santiago.
El responsable de Consejo Político fue ubicado cuando llegaba a su natal Chiapas y con gritos desde el otro lado de la línea telefónica lo hizo regresar para presentar su renuncia por un pecado mayúsculo:
Exigir diez años de militancia y haber tenido cargos de elección popular para los aspirantes a presidente de la república, gobernadores y senadores.
Identidad partidista, pues.
Desde entonces las asambleas se concentran en esos temas y, pese a los esfuerzos por abrir el partido a externos, se mantienen determinados requisitos.
Hoy estará en el debate en Campeche, cuyo gobernador Alejandro Moreno Alito definió en una frase una máxima invaluable para nuestra clase gobernante y administrativa:
-Ni los negocios deben llegar a la política, ni la política debe llegar a los negocios.
Así de simple.
Peña Nieto contiene a su gabinete
Como sea, las discusiones sobre Estatutos escuece a la militancia.
De ello tomó nota el presidente Enrique Peña y pidió a su gabinete no aparecerse ni por curiosidad en Campeche.
Es para evitar especulaciones sobre quién de ellos –José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Luis Videgaray, José Narro Robles, Enrique de la Madrid y otros suspirantes- impulsaría el retiro de requisitos para verse beneficiado con la postulación.
El secreto seguirá guardado por lo menos dos o tres meses más.
-Fue una sugerencia muy respetuosa y seguramente la observarán todos– me explicó el dirigente priísta Enrique Ochoa Reza.
No será el caso de las demás mesas de discusión.
Secretarios de Estado, directores generales y otros altos funcionarios fueron conminados a participar y enriquecer planteamientos para visión de futuro, rendición de cuentas, declaración de principios y programa de acción.
Es decir, el gabinete de hoy marcará la visión de mañana.