Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de agosto de 2017.- El municipio en un sistema federal, a nivel constitucional, es la célula básica de esta forma de Gobierno. El federalismo no abarca muchos países, alrededor de 30, particularmente los que tienen mayor extensión territorial, como Rusia, Estados Unidos, Brasil o México, en los mismos el número de gobiernos locales es muy grande. Solo en nuestro país son más de 2445 municipios, concentrados en estados grandes y con mayor pobreza extrema, con miles de localidades, concentrados en los estados del sur sureste y del Pacifico.
Nos debe quedar claro, y repetirlo si es necesario que el municipio es el único orden, no nivel, de gobierno que tiene territorio. Cuando se agrupan forman parte de un estado y cuando los estados se integran forma un gobierno federal, una Nación.
Se dice que en el federalismo se trata de compartir soberanías, las de los estados y la del gobierno central, donde los primeros ceden parte de la suya.
El mejor ejemplo lo podemos ver en el sistema fiscal, donde desde 1980 en la Ley de Coordinación Fiscal, los estados aceptan dejar de cobrar potestades tributarias de eran potencial recaudatorio como los impuestos al ingreso o al consumo, para recibir a cambio parte de los ingresos recaudados por otro orden, el federal, que son las participaciones, ingresos propios o recursos de libre disponibilidad, autorizado su gasto por los congresos locales, pero con las nuevas reformas, fiscalizados por el gobierno federal, a través de la ASF.
El sistema surge para efectivamente agrupar lo disperso, con el pacto fiscal, se concentra el esfuerzo recaudatorio en el gobierno federal.
En la parte recaudatoria hoy el panorama es de un gran sistema de administración tributaria, que es el SAT; un mosaico de estados que cobran bien lo poco que tienen y otros que no les interesa y recurren a “la gestión”, a la petición, lo cual les resta fuerza como orden de gobierno. Por otra parte hoy todas las funciones de gobierno, y todos los poderes, tienen su mecanismo de coordinación intergubernamental, a partir del modelo fiscal, cada uno tiene su propia regionalización, incluso en los poderes legislativo y judicial.
Desafortunadamente este gran ejercicio de coordinación intergubernamental, no ha sido suficiente para evitar la centralización, el cambio en los hechos de forma de gobierno. Un buen destello son la CONAGO y la CONAMM.
Al municipio se le atiende mucho en el discurso, pero poco en los hechos, a pesar de que muchos gobernadores han sido antes presidentes municipales, han llegado a serlo 22 simultáneamente.
De ahí la inquietud de las principales organizaciones de presidentes municipales, para construir una agenda municipalista para el futuro, pronto se hará en México la reunión mundial de alcaldes.
Sus poderes fiscales son limitados, apenas representan el uno por ciento del ingreso nacional, el drama nacional del predial es evidente. De las participaciones apenas les corresponden cinco puntos del 25 por ciento que no se queda en el gobierno federal, y hablo solo de la recaudación federal participable. Los municipios tienen el predial, pero no lo explotan adecuadamente por muchos factores, entre otros por los niveles de pobreza, por pereza fiscal y por supuesto por una gran corrupción.
Ese es un gran obstáculo para avanzar en el municipalismo libre.