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CIUDAD DE MÉXICO, 23 de noviembre de 2017.- El domingo cenaron en Los Pinos los aspirantes priistas a la candidatura presidencial, con Enrique Peña Nieto como anfitrión, de quien oyeron con claridad que los tiempos habían llegado para elegir al que contenderá por la primera magistratura.
A la cena acudieron, invitados por el presidente, el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, el de Hacienda, José Antonio Meade, el de Educación, Aurelio Nuño, el de Salud, José Narro, el de Turismo, Enrique de la Madrid, y el ex gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila.
Uno de los asistentes me comentó que la reunión tuvo algo de nostálgica, porque era la última vez que se reunían en la condición de secretarios del Presidente, ya que los movimientos que se avecinan son inminentes.
“El Presidente nos dijo que la hora había llegado, destacó nuestro trabajo, nos agradeció haberlo acompañado en su gobierno y fue insistente en decirnos que todos teníamos virtudes y merecimientos. Pero éramos seis y la candidatura sólo puede recaer en uno”, comentó el asistente a la cena.
-¿Cómo lo tomaron ustedes?-, le pregunté.
-Bien, y nosotros también le agradecimos al Presidente la oportunidad que nos dio de haber podido trabajar con él, y tener el honor de estar en ese grupo.
Mira -me dijo el secretario-, el ambiente que vi fue de unidad y de acompañamiento al Presidente. “Si todos jugamos con esas reglas, vamos a aceptar el resultado. Es obvio que en la candidatura no cabemos los seis y así es esto”.
-¿Es verdad que les dijo que los iría llamando en la semana para comunicarles que no eran y al último en convocar era el elegido?
-No fue así precisamente. No nos dijo que nos va a llamar para decirnos que no éramos, pero sí tuvo un detalle muy humano que le apreciamos. Nos dijo que tuviéramos la seguridad de que no nos íbamos a enterar por los periódicos.
Es decir -continuó el secretario-, el Presidente no juega con nosotros. Hacia afuera sí bromea con el tema y se muestra entretenido, pero hacia nosotros ha habido mucha consideración. No es como Ruiz Cortines. No juega con nosotros.
Le pregunté si percibió alguna rispidez entre ellos que pudiera derivar en una ruptura o un berrinche en caso de que determinado secretario no fuera designado candidato.
“No, no, para nada. El ambiente es positivo y el tono de la cena fue fraterno. Lo comentamos con el Presidente incluso: vanos a cerrar filas con quien sea el elegido. No veo señales de ruptura ni nada parecido”, respondió.
¿De qué más hablaron?
Fundamentalmente eso: que ya habían llegado los tiempos de dar a conocer el candidato del PRI, que nos vamos a mantener unidos, cerrar filas con el que resulte candidato, y que fue un gran gusto haber trabajado estos años juntos. Muy bonita reunión. Emotiva.
También comentamos -dijo- sobre la recuperación que sentimos que ha tenido el PRI. Hay un ambiente favorable para ganar. Ustedes toman muy en serio las encuestas, pero son fotografías del momento y nada más. Eso cambia.
Así es que ya están avisados los aspirantes priistas que llegó el momento de conocer al candidato presidencial. Saben, también, que si no son los elegidos el Presidente se los hará saber, y que el destape será en los siguientes días.
De los seis, sólo hay lugar para uno. Jugaron con determinadas reglas, y a esperar y respetar la decisión.