Honrar su memoria
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero de 2018.- No es la primera vez que se alían, pero quizá sí sea la primera ocasión en que lo hacen de forma tan abierta. Igual que en los albores del conflicto magisterial del 2006 en Oaxaca, hoy las fuerzas magisteriales leales a Elba Esther Gordillo se manifestaron a la par de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y de la Sección 22 del SNTE, por un objetivo común: rechazar la convalidación de Juan Díaz de la Torre en la presidencia nacional del sindicato magisterial. Ajenos a la historia, y echados en brazos del pragmatismo y la coyuntura, hoy esos sempiternos grupos antagónicos están nuevamente unidos.
En efecto, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha sido el grupo históricamente opositor a los que ellos mismos han denominado como el “charrismo”, o el oficialismo en el sindicato magisterial. Desde el surgimiento del movimiento magisterial en Oaxaca, en 1980, y su identificación con la Coordinadora, una de sus principales banderas ha sido la de rechazar las prácticas de entreguismo y clientela electoral que el SNTE significaron para el PRI-gobierno en aquellos años.
De hecho, la CNTE tomó fuerza y presencia en el sureste mexicano al sumar a la mayoría de los grupos radicales de la izquierda magisterial, que habían simpatizado con la lucha armada de organizaciones como la Liga Comunista 23 de Septiembre o el Partido de los Pobres, comandados en su tiempo por los maestros rurales Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos. Por eso, en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, la Coordinadora ha sido la bisagra de todas esas organizaciones, teniendo siempre como común denominador la oposición al SNTE, a quien siempre han considerado como un aliado del PRI.
Lo cierto es que esa historia aparentemente lineal, ha estado llena de matices. Uno de ellos, acaso de los más visibles, ocurrió en 2006 en el contexto de la elección presidencial, la feroz batalla entre la maestra Gordillo y Roberto Madrazo, y la orden dada por el entonces gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz —uno de los principales operadores electorales de Madrazo— de desalojar a los maestros del plantón que mantenían en las principales calles del Centro Histórico de la capital oaxaqueña.
Quizá haya poca memoria al respecto. Pero en un hecho inédito, SNTE responsabilizó inmediatamente al gobernador Ruiz por la represión contra el magisterio oaxaqueño, y lo acusó de avivar la radicalización del movimiento para provocar una crisis mayor, al tener una actitud de “torpeza” e “irresponsabilidad”. El entonces dirigente del SNTE —y principal lugarteniente histórico de la maestra Gordillo—, Rafael Ochoa expresó que el conflicto era una apuesta a la ingobernabilidad. Y es por “un partido del viejo registro que presume tener voto duro”, remarcó.
Ese mismo 14 de junio de 2006, por la noche, en un comunicado, el SNTE condenó la violencia contra los docentes y, pese a las diferencias que sostiene con los maestros disidentes, les expresó su solidaridad “frente a la brutalidad policiaca y la insensibilidad del gobierno estatal”, y responsabilizó a Ulises Ruiz de la represión y de las consecuencias que ésta tenga en cuanto a la integridad física de sus compañeros, como en el deterioro de los servicios educativos y en la estabilidad social y política de la entidad. Incluso, en una nota de aquellos momentos del periódico La Jornada, se puede leer que Rafael Ochoa señaló que “el viejo partido aferrado al voto duro quiere provocar el voto del miedo o bien desalentar a la gente para que no salga a emitir el sufragio”.
¿Qué significaba todo eso? Un paso sustantivo en la venganza que entonces fraguaba la maestra Gordillo en contra de Roberto Madrazo. En los años previos, como líder nacional del PRI, Madrazo había expulsado del partido a la maestra Gordillo, aún siendo ésta la Secretaria General del mismo. Para su expulsión, fueron fundamentales el gobernador Ruiz, a través de varios personajes formados en Oaxaca. Por eso, el desalojo abrió un espacio de oportunidad para la maestra Gordillo, que luego cristalizó no sólo en la derrota de Madrazo, sino en el mayor descalabro electoral que ha sufrido el PRI de Oaxaca… ayudada por la Coordinadora y la Sección 22, con los que ya había trabado alianza en contra de sus adversarios en común.
Elba y CNTE vs Peña Nieto
La historia es, contextualmente, similar. Elba Esther Gordillo fue encarcelada por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que hoy es su enemigo igual que como en 2006 lo fue Madrazo, e incluso peor. Por eso hoy la maestra es aliada de Andrés Manuel López Obrador, y está buscando los vasos comunicantes con sus viejos aliados de oportunidad para cumplir objetivos comunes. Uno de ellos es desestabilizar a Juan Díaz de la Torre, quien la traicionó respaldado por Peña Nieto, en la presidencia nacional del SNTE.
Esto explica una movilización singular de la Sección 22: para ayer lunes convocó al 20 por ciento de sus agremiados para movilizarse en la Ciudad de México y el resto en las regiones de Oaxaca. En sintonía con Elba Esther Gordillo, la CNTE en Oaxaca fustigó la posibilidad de que el Congreso Nacional elija en asamblea a Juan Díaz de la Torre como su dirigente nacional.
De acuerdo con una nota de Quadratín Oaxaca, en la región Mixteca, los maestros comenzaron un bloqueo en ambos carriles de la carretera 135-D, a la altura de Nochixtlán. Los maestros oaxaqueños realizaron una marcha en el Istmo de Tehuantepec, saliendo de tres puntos: del Canal 33 en Juchitán, de frente al Tecnológico y frente a la Biniza. En la Cuenca del Papaloapan, la marcha fue del Cecyte de Tuxtepec, rumbo al centro de la ciudad. En la Costa, los docentes convocaron a la toma de plazas comerciales.
De nuevo, buscan lo mismo: la 22 ha sido una aliada silenciosa de Andrés Manuel López Obrador, a quien abiertamente no apoyan pero tampoco cuestionan. Son también coincidentes en su postura de rechazo a la reforma educativa. Y con esos dos planteamientos se ha sumado el sector que sigue siendo aliado de la maestra Gordillo, que sin aceptarlo a título personal, ya ha enviado a sus principales representantes —su yerno y su nieto— a sumarse al trabajo político en las campañas electorales de Morena en el país.
Apuesta a la desmemoria
Al final, todos buscan que pierda el PRI de Peña Nieto, y quizá con ello se cumplan las venganzas personales pero también los objetivos de largo plazo de la Coordinadora, respecto a la abrogación de la reforma educativa, que ya les dejó ver López Obrador. Para conseguirlo, queda claro que no han importado las ideologías ni los antecedentes de las viejas aversiones. Es pragmatismo puro llevado al límite, con el provecho de la falta de memoria entre la mayoría de los votantes.
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