Día 24. Claudia: forjar su hegemonía, no la de AMLO
OAXACA, Oax., 9 de abril de 2018.- El discurso del presidente Peña Nieto contra el presidente Donald Trump fue la salida retórica del menguado nacionalismo priísta y no una redefinición de la relación geoestratégica, de poder y de seguridad nacional con la Casa Blanca.
Para hacer creíble el posicionamiento mexicano, se requieren de varias cosas:
1.- Llamar a México al embajador mexicano en Washington para consultas.
2.- El congelamiento a la embajadora demócrata del ardiente republicano Trump por representar el guerrerismo estadunidense de Trump.
3.- La designación de un nuevo secretario mexicano de Relaciones Exteriores por el quinto fracaso del aprendiz de diplomacia Luis Videgaray: cuando propuso la visita del candidato Trump, cuando lo enviaron a la cancillería a manejar la relación con el presidente Trump, cuando le dieron la supervisión ineficaz del Tratado, cuando dijo que había convencido a Trump de sacar el muro de la negociación y cuando prometió que tenía controlado a Trump a través de su yerno Jared Kushner. El presidente Peña está urgido de un diplomático de carrera, de renombre y de relaciones internacionales.
4.- Un equipo especial multidisciplinario para manejar la agenda bilateral con la Casa Blanca y administrar las calenturas de Trump. Es decir, un consejo de seguridad nacional.
5.- Un acuerdo institucional con el Senado para redefinir con inteligencia geopolítica las relaciones con Washington, eludiendo las demagógicas y patrioteras exigencias legislativas de casi romper relaciones con Trump.
6.- El reconocimiento de que la agenda mexicana de Trump –muro, frontera, migrantes y drogas– también es de México y por tanto asumir decisiones estratégicas de fondo que obliguen a la Casa Blanca a buscar un acuerdo equilibrado.
7.- Cerrar la frontera sur donde se cuelan decenas de miles de centroamericanos que cruzan México con el aval oficial y llegan a la frontera estadunidenses a cruzar de manera ilegal. Trump supo magnificar el caso de la caravana que México estaba alentando.
8.- Anunciar el cierre estratégico de la frontera con EU con uso de toda la fuerza del Estado mexicano para impedir que ingrese a territorio ningún gramo de droga para los consumidores de aquel lado y que Washington se haga cargo de la violencia criminal de sus drogadictos.
9.- La redefinición de la política económica mexicana para un nuevo modelo de desarrollo que promueva la reindustrialización y la modernización del campo. Los recursos de los contratos petroleros debieran orientarse a educación, empleo formal, apoyo a la industria y al campo, educación de altísima calidad y aumento en el nivel de bienestar.
10.- Cambiar la percepción de que Trump está frustrado y reconocer que es un astuto empresario que se mueve por objetivos; en seis meses la aprobación de Trump ha subido de 38% a 51%. Y reconocer que la agenda de Trump que Peña dice que es local, en el fondo es bilateralmente interdependiente. Trump busca reposicionar la relación con México como tema electoral legislativo y de su reelección en el 2020.
La peor estrategia es reaccionar ante las masas mexicanas; la mejor, el pensamiento geoestratégico de poder.
Política para dummies: La política es el arte de engañar a los demás, no enseñarle todas las cartas.
Si yo fuera Maquiavelo: “(el estridente) Fray Jerónimo Savonarola fracasó en sus innovaciones cuando la gente empezó a no creer en ellas, pues se encontró que carecía de medios tanto para mantener fieles en su creencia a los que habían creído como para hacer creer a los incrédulos”.
Sólo para sus ojos:
· Recuerde consultar, ahora más que nunca, el sitio www.seguridadydefensa.mx para enterarse de los juegos de poder EU-México.
· Muy manejadas desde Los Pinos las respuestas sociales al discurso presidencial. Pero acusar al presidente Trump de violento por frustración fue una declaración política de guerra en la que saldrá perdiendo, como siempre, México.
· Falta por saber si el presidente Peña y el canciller Videgaray ya habían sido informados con anticipación del uso de la guardia nacional –no el ejército ni los marines– en vigilancia fronteriza durante su visita a México la semana pasada de la secretaria de Seguridad Interna. Todo indica que sí, pero el gobierno mexicano no supo qué hacer.
· ¿Dónde ha estado el lobby mexicano en el Congreso, con los demócratas y los grupos de poder en EU? Ahora que se les necesita brillan por su ausencia.
· Famosas últimas palabras: “Hasta que tengamos el muro vigilaremos la frontera con nuestro ejército”: Donald Trump casi como respuesta al discurso de Peña Nieto.
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