
Reforma de maíz transgénico: ¿camino a soberanía alimentaria de México?
Oaxaqueñología | Raúl Ávila Ortiz | Hacia el 1-D
OAXACA, Oax.,12 de agosto de 2018.- Es claro que hacia el 1 de diciembre, cuando el ya Presidente Electo asuma el gobierno constitucional, se han abierto cinco pistas de acción y reflexión: poderes políticos, poderes y órganos de garantía, partidos, contexto económico internacional, y ciudadanía y sociedad civil.
En poderes políticos -ejecutivo y legislativo- la supermayoría presidencial y en el Congreso obliga a AMLO al difícil equilibrio entre voluntad y razón, al autocontrol y la selección de aliados que hoy sobran pues varios partidos le han ofrecido votos parlamentarios para aprobar reformas y cogobernar.
Obligados al diálogo y la corrección política, todo indica que será el PAN y no el PRI quien juegue el papel central de oposición, aunque juntos también podrían rehacer historias.
En el ámbito del Poder Judicial y los organismos constitucionales autónomos (OCAs), su obligada auto-evaluación y austeridad debe convertirse en hechos con máxima divulgación de sus quehaceres si quieren aprovechar el impasse para recobrar legitimidad y posición, según acuerdos iniciales de la Corte y el INAI, por ejemplo, con el Presidente Electo.
A la vez, advertir que para los OCAs no concluye el sexenio, por lo que deben intensificar su labor institucional a partir de los respectivos acuerdos con el nuevo gobierno. En rigor, algunos como el Inai, Inegi y CNDH deberían ser testigos garantes de la transición gubernamental, así sea para certificar información.
En el caso de la Corte, su austeridad no debe comprometer su eficacia y la calidad de sus resoluciones; por ejemplo, sobre la Constitución de la Ciudad de México o la sensible materia penal. La historia muestra que su labor interpretativa de la Constitución se irá sincronizando esta vez con el giro popular-nacionalista-liberal que ya se advierte en la estrategia “morenista”. La pregunta es hasta qué límite.
El INE y el TEPJF han salido avantes de las elecciones, en general, más deberán concluir sus tareas sobre elecciones no presidenciales y, en su momento, replantear algunas de sus competencias ante el nuevo escenario político-institucional y las reformas previsibles
La reconformación acordada por AMLO y EPN de la Fiscalía General, la Anticorrupción y la Electoral debería ser muy pulcra para evitar ilegitimidades de origen y afrontar con eficacia la persistencia de los delitos graves al alza.
Los partidos continúan repensando los términos de su siguiente etapa. Morena, la relación entre movimientos y estructuras, liderazgos y reglas, partido y gobierno. El PRI, el grado de sus daños y perjuicios, autenticidad, ideología, renovación generacional y su estrategia para articularse hacia adentro y hacia afuera.
El PAN, dirimir vía comicios internos democráticos la lucha entre sus cinco grupos principales y re-colocarse como oposición histórica. El PRD, refundarse o morir.
Todos deberán ajustar estatutos. Si van juntos, el PRI y el PAN suman casi 25 gobernadores. Habrá que ver si son capaces de oponerse o colaborar con los 32 superdelegados y 246 coordinadores regionales “morenistas” que ya vienen y que de seguro actuarán “en pinza” con sus mayorías congresuales para cumplir con el mandato presidencial.
Otra pista es el contexto internacional. Pese a la complejidad de la coyuntura debida a la negociación del tratado de libre comercio, los migrantes, la seguridad y las drogas, un tema situacional difícil es el de las tasas de interés y la deuda, que alterado podría estropear el inicio del nuevo gobierno.
La ciudadanía expectante debe activar su crítica y contribuir a la propuesta. Los mecanismos de su deliberación y participación deberán actualizarse El pueblo sabio debe deliberar en público y abonar a la legitimidad y pertinencia de la decisión de gobierno. Es una gran oportunidad para madurar la cultura cívica de los mexicanos e incluir a esa mayoría joven y grupos desaventajados como los 25 millones de indígenas.
La sociedad civil organizada debe exigir y vigilar, criticar, evaluar, proponer y argumentar más y mejor. Su cooperación es clave.
Urge recobrar solidaridad y comunidad en el trato cotidiano. La crisis de seguridad, violencia y derechos requiere más que instituciones y mandos. Demanda sensibilidad y creatividad. Respeto, diálogo y tolerancia vecinal y citadina. Innovar canales de atención, comunicación y gestoría. No es un tiempo normal.
La coyuntura del país es de emergencia y urgencia. No hay otro en el planeta con más de 100 mil muertos, 30 mil desaparecidos y centenas de miles de víctimas directas e indirectas en diez años. Matar ya es igual que robar o mentir. La crueldad revela inhumanidad. Y, lo peor, hay pocos países, según los índices disponibles, con tan alto grado de impunidad.
Cierto: tampoco hay tantos con la historia, energías y virtudes de los mexicanos. Esto podría salvar a México.
Por eso, a coyuntura llama a la conciencia y la colaboración.
Uno para todos y todos para uno: México.
Por eso, la relevancia de la transición en las cinco pistas.
Ya no hay tiempo para volver a errar.