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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de noviembre de 2018.- Cuando se genera un sismo importante, especialistas de la UNAM se dan a la tarea de caracterizar el punto de ruptura y cómo se propaga dicho movimiento.
El ocurrido el 7 de septiembre de 2017 “tiene algunas particulares inusuales respecto a otros sismos intraplaca: su magnitud de 8.2, en dónde inicia su ruptura y cómo se propagó”, indicó Xyoli Pérez Campos, directora del Servicio Sismológico Nacional.
Estos hallazgos, publicados recientemente en la revista Nature geoscience, son resultado de un estudio liderado por expertos de la Universidad Nacional, en el que participan El Colegio de Michoacán y de la Universidad de Oregón.
Por la UNAM colaboraron Xyoli Pérez y Enrique Cabral Cano, del Instituto de Geofísica; Ángel Ruiz Angulo y Jorge Zavala Hidalgo, del Centro de Ciencias de la Atmósfera; Marina Manea y Vlad C. Manea, del Centro de Geociencias; M. Teresa Ramírez-Herrera, del Instituto de Geografía; y Leonardo Ramírez Guzmán, del Instituto de Ingeniería.
Por medio de un comunicado de la máxima casa de estudios, Pérez Campos explicó que la litósfera oceánica en la placa de Cocos es frágil a profundidades como en la que se generó el sismo del 7 de septiembre.
Ahí, literalmente se rompió dicha placa.
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