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OAXACA, Oax. 9 de diciembre de 2018.- FAMA UNIVERSAL. Cada temporada navideña, una embajadora mexicana recorre el mundo para dar un toque de belleza a esta época del año: ella, la preciosa y famosa Flor de Noche Buena, conocida también como flor de navidad o flor de pascua, su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, voz latina que para orgullo de México y de los oaxaqueños significa “la más bella”.
También es conocida como Poinsettia pulcherrima, en honor al Secretario de Estado de EEU en México que la hizo famosa en el mundo, Joel Roberts Poinsett (1779—1851) médico, botánico y estadista estadounidense, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Secretario de Guerra y fundador del Instituto Nacional para la promoción de las Ciencias.
En su honor se nombró el Condado de Poinsett y a la flor de nochebuena que encontró en México en 1825, Poinsettia. Desde el año 1991, el 12 de diciembre está declarado en Estados Unidos como Día Nacional de la Poinsettia.
LA FLOR DE NOCHE BUENA EN OAXACA.
En Oaxaca es identificada además con los nombres de flor catalina , flor de Santa Catalina y Santa Catarina; en Náhuatl es conocida como Cuetlaxóchitl y en zapoteco es llamada Guie; xhiñaa; o gule-tiini.
Cuando el científico ruso Nicolai Vavilov declaró en 1929 que el origen del maíz estaba en el sur de México, difícilmente imaginaríamos que en el año 2010 la UNESCO reconocería que el testimonio mas antiguo del origen del maíz, la planta más cultivada en el mundo, está en Oaxaca, merced a la extraordinaria hazaña cultural de los antiguos zapotecas que lograron domesticar y engrandecer el teocintle silvestre.
Cito lo anterior, porque en forma similar la Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad, CONABIO, señala que la flor de noche buena es originaria “…del sur de México y Guatemala”. Menciona también que las poblaciones silvestres mas extensas se encuentran en las cañadas de los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Nada extraño sería que en el futuro se reconociera que la universalmente conocida Flor de noche buena es originaria de Oaxaca, el estado con la mayor diversidad biológica del país, condición sobresaliente porque México es el cuarto país con megabiodiversidad en el mundo.
Para tener idea de esta espectacular riqueza biológica, basta decir que la diversidad de aves de Oaxaca es superior a la variedad de aves de los enormes territorios juntos de Estados Unidos y Canadá y que su biodiversidad es mayor que la de los países como Guatemala y Costa Rica, por lo que resulta natural que asumamos que la Noche Buena es originaria de Oaxaca, como lo afirma una fascinante leyenda zapoteca.
Esta flor un símbolo de paz universal emerge de nuestro remoto pasado según la leyenda que rescató Don Alfonso Rulle de dos ancianos, uno de San José Mogote y otro de Rojas de Cuauhtémoc.
LA LEYENDA DE SU ORIGEN.
La leyenda se remonta a la lejana época en que el valle de Oaxaca estaba inundado por varios lagos.
Roaló significa justamente en la boca del Lago; el árbol de Tule creció a la orilla de la laguna de ese lugar: Burgoa y Jose Antonio Gay relatan como se abrió en la antigüedad un cauce para desecar los lagos que inundaban el valle de Oaxaca y este pasado lacustre de Oaxaca es confirmado por el geógrafo oaxaqueño Jorge L. Tamayo en sus acuciosos estudios sobre los valles centrales.
Los siete grandes señores del valle, los aguerridos caciques de San José Mogote, de Teotitlán, de Tomaltepec, de Macuilxóchitl, de Abasolo, de Suchilquitongo y de Huitzo, estaban enfrascados en luchas internas y guerras fratricidas que derramaban abundante sangre entre hermanos zapotecos, que no solo teñía de rojo los espejos del cielo, como llamaban los antiguos a los lagos del valle, sino también, como contaban ellos mismos, el río Atoyac llevaba ya más sangre que agua.
Las plegarias de las madres zapotecas, envueltas en el humo del copal y en el rocío de sus llantos, suplicando el fin de las guerras, finalmente abrieron la compasión de los dioses, quienes ordenaron a los los 7 señores del valle hacer a un lado a los embajadores y dialogar directamente entre ellos.
Al encontrarse frente a frente, los grandes señores zapotecos, se reconocieron como hermanos, como primos, como hijos, como padres; la fuerza de los lazos de sangre, de familia, resurgió vivamente entre ellos y decidieron terminar las luchas fratricidas y sellaron este pacto de paz, uniendo sus pulgares con una gota de sangre.
El agua donde se lavaron las manos los señores que acordaron este pacto de paz entre hermanos, fue derramada en la corriente del río Atoyac, que impetuoso, entró para cruzar las montañas, en un estrecho cañón plagado de rocas y salientes, que salpicadas con las gotas escarlatas del Atoyac, dieron nacimiento a una hermosa flor cuyas siete hojas tenían el color intenso de la sangre con que sellaron su alianza los siete señoríos zapotecas: La flor de Noche Buena.
Con el advenimiento de la religión católica, el sincretismo religioso transformó esta bella flor en un mensaje universal de paz para la humanidad.
LOS INDICIOS.
Según CONABIO las mayores poblaciones de esta flor se encuentran en las cañadas, y justamente la leyenda zapoteca afirma que cuando el río Atoyac salpicó una cañada, ahí nació la flor. Otro detalle que llama la atención es el nombre de “espejo del cielo” que la
leyenda otorga a los lagos del valle de Oaxaca, porque sigue la tradición antigua: el nombre del lago Ziraguen, en purépecha, significa “espejo de dios” y los mixtecos llamaban a México-Tenochtitlán, “la ciudad sobre el espejo del agua”.
Oaxaca está en el centro del corredor biológico Michoacán-Guatemala donde se da esta flor y cuenta con el mayor número de variedades de plantas silvestres de la misma.