Economía en sentido contrario: Banamex
El Presidente de México acusó de inventor de noticias y de no ser serio al periódico
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de enero de 2019.- Si Andrés Manuel López Obrador sigue confiando en los datos que le dan sus colaboradores a bote pronto y medio dormidos en la madrugada, le va a crecer la nariz porque lo inducen a decir cosas que no son ciertas.
El Presidente de México acusó de volador (inventor de noticias) y de no ser serio al periódico The Wall Street Journal (WSJ) por haber publicado que en los primeros diez días de enero el país redujo en 45 por ciento sus importaciones de gasolina de Estados Unidos.
Según lo publicado en el WSJ el 14 de este mes, basado en información de la empresa de análisis de transporte de energéticos, Clipper Data, México importó, en los primeros diez días de enero, 33 por ciento menos gasolina respecto a diciembre del año pasado, y 45 por ciento menos en relación al promedio de 2018.
Nuestro Presidente se ofuscó, dijo que eran mentiras, y que él se lo iba a demostrar al diario neoyorquino.
Bueno, este lunes 21 de enero la Secretaría de Energía de México informó que la primera semana de enero las importaciones de gasolina se ubicaron en 512 mil barriles diarios, 49 por ciento menos de lo registrado en el mismo periodo de 2018, cuando entraron al país un millón 12 mil barriles al día.
Más claro, ni el agua. Alguien mintió, y no fue The Wall Street Journal.
Esa mañana del 14 de enero en Palacio Nacional, López Obrador soltó unas frases lapidarias contra uno de los diarios más serios del mundo:
“Acerca de esa información del Wall Street Journal, pues es equivocada. Me da hasta pena decirlo aquí…
“Fue una volada…
“Es muy lamentable que un periódico tan afamado publique información que no obedece a la realidad, y a las pruebas nos remitimos…
“Desgraciadamente estamos comprando más (gasolina), porque el ideal sería que no compráramos gasolina ni petróleo…
“Pero esa información es falsa. Fue una volada de este periódico, que es muy afamado. Pero en todos lados es lo mismo. ¿O qué? ¿Porque se trata del Wall Street Journal no vamos a decir nada?…
“Aquí la prensa fifí habla de información ‘según los expertos’, ‘según los especialistas’ cuando quieren justificar algo….
“Y ojalá que Wall Street Journal mañana, cuando le demos la información, aclare que se equivocó…”
Bueno, pues ya salió la verdad, una semana después de la publicación, y se sabe quién mintió.
La Secretaría de Energía informó que al inicio de este año, las importaciones de gasolina por parte del nuevo gobierno se colocaron en 512 mil barriles diarios, 49 por ciento menos de lo registrado en el mismo periodo de 2018 (El Financiero, 22 de enero).
Es muy riesgoso que nuestro Presidente se lance a hacer declaraciones temerarias contra medios de comunicación, a los que acusa de mentirosos y es que no son serios, sin que sus secretarios le entreguen datos correctos.
Importamos menos gasolinas. Hubo desabasto. Y se lanzó una guerra contra el huachicol.
No sé si en ese orden, pero los hechos son los hechos.
El país entero quiere que al Presidente le vaya bien en esa lucha contra el robo de combustible, aunque se engolosinó con el respaldo popular que le ha acarreado.
Ojo, no hay apoyos que duren seis años cuando de por medio se dan muertes y sacrificios. Esos vivas, luego se revierten.
Ana Paula Ordorica, en su Brújula de ayer, en El Universal, recordaba que nuestro encuestador Alejandro Moreno publicó en Reforma, en junio de 2007, que el 83 por ciento de la población estaba de acuerdo en utilizar al Ejército en la guerra del presidente Calderón contra el narcotráfico.
El mismo encuestador, apunta Ordorica, publicó este mes aquí en El Financiero que el respaldo al presidente López Obrador en la guerra contra el huachicol asciende a 82 por ciento.
Detrás del narcotráfico y detrás del huachicol están los mismos grupos. Las cifras del encuestador Moreno son correctas. Lo que no se aprende es la lección.
La popularidad se puede desvanecer. Y tropezarse como le ocurrió a AMLO con WSJ, no le ayuda en nada a él ni al país.
Tarde o temprano el Presidente tendrá que optar entre cambiar de colaboradores o dejar que le crezca la nariz.