Una semana intensa y…
Hoy tiene sus cuentas bancarias congeladas. Hoy no es nadie. Hoy no tiene ningún manto protector de su jefe
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de enero de 2019.- Era su sombra. Y, también, su cómplice. En la medida de acompañar sus intimidades, de ocultar juntos sus aventuras amorosas. Lo fue la noche del suicidio de la esposa, lo fue en sus salidas con la gaviota.
Y, por tanto, natural en su esquema vital, esperaba que juntos llegasen al poder. Que le fuese otorgada la jefatura del Estado Mayor Presidencial al arribo de Enrique Peña Nieto a Los Pinos.
Sin embargo, ni la voluntad del Señor pudo romper las reglas. Entonces se le buscó acomodo en una posición de privilegio, con un sueldazo, con mando frente a los civiles. Y, esto fue lo más importante, se mantuvo su inmensa cercanía, permaneció el acceso.
Quiero suponer que, además, se envió un mensaje al titular de la Sedena para que se le dieran todas las facilidades, incluido el ascenso a destiempo.
¿Esto habría bastado para consolar a Eduardo León Trauwitz? Tal vez en su fuero interno no. Porque no tenía el mando, el poder que soñó, que imaginó era suyo por la buena suerte de estar al lado del elegido. Su frustración se advierte en el uso, fuera de las reglas militares, del uso del uniforme para convertirse en miembro de la Sociedad de Geografía y Estadística.
¿Qué quería, realmente, el ascendido a general León Trawitz?
Al paso del tiempo, aunque se supo en su momento, dinero. Mucho dinero.
Hoy tiene sus cuentas bancarias congeladas. Hoy no es nadie. Hoy no tiene ningún manto protector de su jefe. Hoy, por el contrario, puede ser detenido por la autoridad en cualquier momento. Trago doblemente amargo por su soberbia.
Trauwitz tuvo a cargo la seguridad de PEMEX. Es decir, la vigilancia de los ductos. O sea, para que nos entendamos, tuvo en sus manos el negocio del huachicol que fue de muchos miles de millones de pesos en el sexenio pasado. Cuánto se beneficio de éste, todavía no tenemos la información precisa.
Es uno de los funcionarios de la paraestatal investigados. Junto con otros tres militares que estuvieron bajo sus órdenes. Uno de ellos, el también general Sócrates Alfredo Herrero, habría comprado un departamento de tantos millones de pesos que ni siquiera se puede imaginar. También están implicados varios tenientes, que seguramente formaban parte de la escolta del entonces gobernador del Estado de México.
Trauwitz se amparó. Supongo que lo regresaron de Panamá, donde había sido “mandado” como agregado militar para ganar unos cuantos miles de dólares más, supongo que también por el acceso a las cuentas bancarias secretas de ese país. Pero los amparos no son para siempre.
¿Lo van a detener? Estoy cierta que hay la determinación del gobierno, incluyendo a Gertz Manero, de hacerlo. Que simplemente están acumulando evidencias. Que están sumando realidades, las que siempre se supieron en la oficina del general Salvador Cienfuegos el sexenio pasado.
¿Terminó la buena suerte de Trauwitz? Diría que terminó la mala suerte de PEMEX…
@isabelarvide
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