Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de febrero de 2019.- Con lo referente a los hidrocarburos, todo pareciera que regresó a la normalidad, incluso hasta los más de cien muertos por la explosión de la toma clandestina del gasoducto en su paso por el municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo, no hay señalamientos en contra del Gobierno de la República, ni para las autoridades de seguridad pública de cualquier orden gubernamental, es más, hasta la agenda informativa de los medios de comunicación ya regresó a la cotidianeidad. En ese contexto, todo indica que tampoco importa hacer una revisión del asunto de importar gasolinas.
Recordemos que el famoso combate al robo de hidrocarburos fue anunciado hasta enero y que eso estaría provocando el desabasto de gasolinas en diferentes regiones del país, cuando en realidad Petróleos Mexicanos (PEMEX) no había realizado ni una sola compra desde el 1 de diciembre de 2018, decisión proveniente de Andrés Manuel López Obrador para ya no importar más, sobretodo en esas cantidades, cifrado en una disminución de 350 mil barriles diarios que no adquirieron según la investigación de ClipperData.
Suena muy bien el argumento que ya no se debe importar gasolinas por ser México un país petrolero, sin embargo, contrasta la realidad contra la actual infraestructura energética -que por decir lo menos- es peligrosamente pobre, por lo que la demanda obligó aumentar la importación al grado que 7.5 de cada 10 son hidrocarburos provenientes del extranjero. Una mezcla que por ahora resulta muy difícil modificar hasta en tanto PEMEX no tenga actualizado todo, incluido un plan de negocios que no fue presentado a los inversionistas en Nueva York ¿O será que no lo tienen y están improvisando con ocurrencias?
Que quede claro, ni a los inversionistas y ni a los mercados internacionales les importa cuanta guerra contra el robo de hidrocarburos pueda emprender México o cualquier país del mundo, actúan así de simple: cuántas ganancias generará el plan de negocios. El dichoso combate al “huachicoleo” solo abonó a la narrativa de Andrés Manuel López Obrador, pero nada en sustancia a PEMEX. Fue tan notoria la improvisación de esa acción -o la mal llamada estrategia-, que históricamente enero era el mes más bajo de consumo de gasolinas, pero en la segunda semana se duplicaron las importaciones de gasolina con respecto al mismo periodo del año pasado, al registrarse 757 mil barriles diarios, 93.1 por ciento más en relación a 392 mil barriles de 2018.
Qué bueno sería que México ya no tenga que importar diariamente hasta 764 mil barriles por día, pero es evidente que en la realidad depende de tener actualizadas todas las refinerías, garantizada una fuerte red de distribución y una empresa petrolera saneada en su totalidad; mientras eso no suceda, no quedará otra que traerlas del extranjero como cualquier otro país del mundo, salvo Venezuela.
Es urgente que dejen a un lado el ardid nacionalista ultranza, porque continúan los procesos para importar las gasolinas, pero no se están centrando en lo que sí importa: construir una sólida sustentabilidad energética con visión de futuro. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx