Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de marzo de 2019.- El primer resultado inédito que arroja cualquier recuento sobre los cien días del gobierno de Obrador, es que el presidente mexicano es campeón mundial de tiempo dedicado a los medios.
Y es que, en efecto, el presidente es, en todo el mundo, el mandatario que más tiempo habla frente a los periodistas.
Es decir, Obrador dedica más tiempo a la propaganda del gobierno, ante los medios, que el tiempo que dedica a los grandes problemas nacionales.
Visto así el fenómeno –sin evaluar aún la calidad de la información que proporciona–, podríamos decir que López Obrador es campeón mundial de transparencia.
¿Por qué…?
Porque Obrador prefiere responder dudas e inquietudes de periodistas y ciudadanos, antes que solucionar asuntos urgentes para la Nación. O si se quiere, López Obrador está listo todos los días, de lunes a viernes, para responder.
Todo ello sin contar con las giras de fin de semana en donde también se da tiempo para responder las conferencias banqueteras por todo el país.
Sin embargo, al profundizar en la calidad de lo que dice el presidente en las maratónicas conferencias de prensa –alguna duró hasta dos horas con 10 minutos–, es posible confirmar que tanto periodistas como medios no son más que un grosero parapeto para el mayor propagandista de la historia.
En efecto, una primera evaluación arroja que López Obrador suma más horas hablando a los ciudadanos, en cadena nacional de lunes a viernes –con el cuento de que responde a los medios–, que las horas promediadas en su momento por dictadores como Fidel Castro y Hugo Chávez.
Incluso, la propaganda de López Obrador es mayor –en tiempo y penetración mediática–, a la diseñada por campeones de la manipulación propagandística de la historia; Hitler y Mussolini, con la salvedad tecnológica de ayer y hoy.
Sin embargo, y a pesar del tiempo que le dedica el presidente a los medios y periodistas, eso no significa que Obrador dedica todo ese tiempo a responder interrogantes periodísticas.
En realidad, en más del 90 por ciento de los casos López Obrador no responde los cuestionamientos puntuales, sino que evade la pregunta, engaña sin ton ni son y casi todos los días miente sobre supuestos datos, presuntas pruebas e imaginarias evidencias.
En pocas palabras, en los hechos, Obrador está lejos de ser el campeón de la transparencia en su gobierno –como muchos suponen–, sino que es el campeón de la propaganda ilegal, disfrazada de conferencias de prensa
Hasta ayer, Obrador había realizado 70 conferencias mañaneras, de las cuales una se llevó a cabo en Nuevo León y cuatro extraordinarias, a causa de la explosión en Tlahuelílpan. Eso sin contar con las declaraciones que hace a medios al salir y llegar a los aeropuertos en cada una de las giras a distintas entidades del país
En total las 70 conferencias significan poco más de cinco mil minutos, equivalentes a 84 horas –números cerrados–, o significa que el presidente ha estado casi ocho días completos –de una jornada de trabajo de 12 horas al día en promedio–, frente a los medios. El promedio por conferencia es de una hora con 15 minutos.
Dicho de otro modo, que el presidente mexicano le ha dedicado a los medios –o si se quiere, a la propaganda dura y pura de su gobierno–, casi el 8 por ciento del tiempo que lleva al frente del gobierno federal. ¿A cuantos programas prioritarios y grandes problemas nacionales les ha dedicado el presidente Obrador el 10 por ciento de su tiempo? ¿Que presidente del mundo puede presumir tal inédito de propaganda?
Pero hay más, distintos seguimientos periodísticos revelan que, en promedio, el presidente mexicano habría incurrido –durante los primeros cien días de su gestión–, en una mentira por conferencia de prensa. Eso sin tomar en cuenta que aquí documentamos más de 50 mentiras del entonces candidato y presidente electo, López Obrador.
De esa amanera López Obrador entra a la estadística de los presidentes mentirosos del mundo, entre ellos el ex presidente George Bush, a quien la prensa de su país le documentó 500 mentiras; el actual presidente Trump, a quien le han documentado casi 5 mil mentiras en 600 días y, claro, el presidente mexicano, con casi un centenar de mentiras en su etapa de candidato presidencial, presidente electo y presidente constitucional.
Lo curioso es que el presidente mexicano gusta de pasar mucho tiempo frente a los periodistas, pero nada ha dicho de la muerte violenta de cinco periodistas en sus primeros cien días de gobierno.
Le gustan los periodistas a modo, los que le aplauden, pero le desagradan los críticos. Incluso, al cumplir cien días, el vocero presidencial inició otra campaña de calumnia y difamación contra los críticos de López Obrador.
Al tiempo.