Llora, el país amado…
OAXACA, Oax., 7 de abril de 2019.- A pesar de estar impedido por el Artículo 21 constitucional, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que nombrará a un militar en activo como jefe de la Guardia Nacional.
Pero ¿cuáles son las razones de fondo?
Si la oposición quiere ser considerada y tomada en cuenta, tal vez debería concentrar sus energías y argumentos en hechos que, si merecen contrapesos, como lo que podría ser esta violación a la ley por parte de López Obrador.
Eso, por una parte, pero además donde quedaría todo el esfuerzo que realizaron tanto la Cámara de Diputados como el Senado de la República para crear acuerdos; los foros y las mesas de diálogo con las víctimas; los largos debates y consensos que seguramente pactaron los líderes de las bancadas para sacar adelante la reforma constitucional para la creación de la Guardia Nacional.
¿Fue una simulación? ¿Convertirse en lo que tanto criticaron de los gobiernos que lo antecedieron? ¿Una traición a las víctimas? ¿Ruptura con los contrapesos, es decir, el legislativo y judicial?
En caso de que el deseo de AMLO se concretará, se enviaría un claro mensaje a la población, que ya está cansada de los excesos y las violaciones a los derechos humanos que la militarización trajo al país, en manos de quién radica el verdadero poder.
Ante el anuncio y aprovechando la visita de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, diversas ONG´s pusieron sobre la mesa temas como la Guardia Nacional, agresiones a personas defensoras de derechos humanos y periodistas, y amenazas a pueblos indígenas y al medio ambiente a partir de los megaproyectos impulsados por los distintos gobiernos, incluido el actual.
Por su parte, la Comisión de Derechos Humanos pidió que se reflexione sobre la participación de las Fuerzas Armadas, o de sus elementos, en tareas de seguridad pública, mismos que deben quedar en manos de un mando civil.
No obstante, y pese a las críticas, la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero aseguró que no es burla ni engaño que la Guardia Nacional vaya a estar encabezada por un militar en activo, y no por un mando civil como se estableció en la reforma constitucional aprobada por el Congreso de la Unión y los 32 congresos locales.
Una Guardia Nacional militarizada derivará en un alto costo político, así como una traición a los ideales de la izquierda progresista, una que apoyó a López Obrador para su llegada al poder. La pregunta es ¿Por qué? ¿Qué es lo que no nos están diciendo?