Conversan Cuauhtémoc Cárdenas y Emilio Ulloa sobre desafíos nacionales
OAXACA, Oax., 15 de abril de 2019.- El grupo priista Democracia Interna, dirigido por el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, solicitó al Comité Ejecutivo Nacional del PRI que se instale de inmediato la Comisión Nacional que conduzca el proceso interno de relevo de dirigentes.
A continuación el comunicado íntegro:
CLAUDIA RUIZ MASSIEU
PRESIDENTE DEL CEN DEL PRI
A LOS PRIISTAS
Es incuestionable que nuestro partido requiere volver los ojos hacia la militancia, como se ha reconocido tanto por la dirigencia como por el Consejo Político Nacional al definir que el relevo en el CEN se dé a través de la elección directa y con la participación del Instituto Nacional Electoral.
A partir de la definición de los consejeros políticos nacionales, se han discutido diversos temas entre quienes han manifestado su interés por participar en el proceso, buscando que éste se de sin sobresaltos, sin ventajas para nadie y procurando la participación de toda la militancia, tanto aquélla que se reconoce por el INE como la que se reconoce priista, aunque no aparezca en el padrón de afiliados.
Se señaló la necesidad de integrar una Comisión imparcial y consensuada, presidida por un cuadro priista nacional reconocido y respetado por todos, que pudiera conformar comisiones estatales con un equipo que permita vigilar de cerca el proceso y señalar y castigar posibles desviaciones.
Sin embargo, hemos visto cómo pasan los días sin que se conforme la Comisión Nacional y por lo tanto las estatales, lo que ha facilitado que Alejandro Moreno, todavía gobernador de Campeche, en franca colusión con su “hermano” Alejandro Murat y el gobernador de Coahuila, hayan estado financiando a algunos comités directivos estatales para incidir en la afiliación de seguidores de Moreno, ya sea dejando fuera a quienes no comulgan con el gobernador de Campeche o dando línea al momento de la afiliación, tal como está ocurriendo en Oaxaca donde es evidente la participación del Gobierno del Estado pues han comprado una flotilla 25 de vehículos que se han entregado a los operadores de Alito con la promesa de regalárselos a cambio de metas en afiliación y votación en el proceso interno. Ni siquiera para la campaña de Meade el CDE del PRI en Oaxaca contó con tantos recursos. El CEN debería exigir una explicación sobre el origen de los recursos utilizados para la compra de vehículos que el CDE del PRI en Oaxaca esta repartiendo para la campaña de afiliación y refrendo en curso.
El padrón priista, instrumento fundamental para que el proceso interno se lleve apegado a derecho, está siendo vulnerado por el uso de recursos económicos para favorecer a Alejandro Moreno, haciendo del mismo un instrumento viciado, que no debería ser utilizado para definir quien dirigirá a nuestro partido en los próximos años: lo han inutilizado.
La pasividad de la dirigencia nacional ante lo evidente, su inacción en el cumplimiento de acuerdos y la tardanza en definir una Comisión honorable que conduzca el proceso está permitiendo esto que ya raya en el abuso y el cinismo. Basta con ver los números que han entregado Coahuila y Campeche en refrendos y afiliaciones: prácticamente el 80% del total nacional concentrado en esos dos estados. Oaxaca y otras entidades seguramente irán por la misma ruta, como lo hemos detectado en los recorridos por esos estados.
No se trata de medir quien cuenta con más dinero público o quién se roba mejor la elección, sino de permitir que la militancia, de manera libre, informada y sin línea, decida a quién le van a dar su confianza para rescatar al PRI de quienes lo secuestraron y hundieron en los últimos años.
Por eso es urgente que se nombre a la Comisión que se encargará de llevar el proceso de relevo. Hay que detener de inmediato el uso de las prácticas viciadas de antaño, licenciando a los presidentes de comités estatales o municipales que no se conduzcan con imparcialidad; vigilar que los dirigentes de sectores y organizaciones priistas no se manifiesten en favor de ninguno de quienes aspiran a la dirigencia del CEN y, en su caso, incluso retirar de la contienda a quien se aleje del respeto a las reglas que se establezcan, reglas que son igualmente urgentes para tener un proceso que le dé credibilidad al partido ante los mexicanos, retirando de su encargo a quien lo haga. No se trata sólo de solicitar la comprensión de los dirigentes ante el proceso, sino de ejercer la autoridad que tiene el CEN para licenciarlos si no se conducen con equidad y nombrar sustitutos para continuar los trabajos, dejando claro que el PRI quiere cambiar de verdad y que no va a tolerar ni el uso de susórganos ni la utilización de recursos públicos para incidir en sus procesos de elección de dirigentes.
Lo hemos señalado y es necesario insistir en ello: Alejandro Moreno debe solicitar YA licencia al gobierno del estado, si pretende competir por la presidencia del CEN del PRI. No hacerlo le permite seguir desviando recursos de los campechanos para su beneficio personal. Alejandro Moreno, quien pretende presentarse ante el priismo como antipeñista, es a todas luces su candidato. ¿Alguien lo duda? Es gobernador gracias a Peña; Rubén Moreira (hoy diputado federal plurinominal impuesto por Peña), fue el operador del entonces presidente en la malograda campaña de Meade, Carolina Viggiano (esposa de Moreira y compañera anunciada de fórmula de Alito), fue diputada federal con Peña y candidata plurinominal al Senado también impuesta por el PRI de Peña y, por cierto, coordinadora regional de la campaña de Meade en su momento.
Mientras Peña fue presidente, nadie recuerda a Alito señalando los errores del gobierno federal, al contrario. Sobra decir que, si en realidad fuera el adalid del antipeñismo, estaríamos siendo testigos de la traición de un político que ayer comió de la mano del entonces presidente y que hoy públicamente le da la espalda; tal como lo está haciendo con los campechanos.
Mención aparte merecen los gobernadores, los diputados y los senadores priistas que, con su actitud, en los dichos y en los hechos, están claramente entregados a MORENA, escudándose en las sin razones del supuesto bienestar de sus gobernados.
La militancia no olvida el penoso momento en que en la XXII Asamblea Nacional Alito, Enrique Ochoa, José Murat y otros destacados miembros de la nomenclatura se confabularon para romper los candados que impedían que un externo pudiera ocupar la candidatura a la Presidencia de la República, traicionando en los hechos al priismo y enviando un mensaje a la ciudadanía que reforzaba la consigna de que en PRI sólo había corrupción lo que se corregía con un candidato ajeno a sus filas. No, la militancia lo recuerda perfectamente y por eso no le cree ahora su discurso reivindicador.
Si pretendemos encabezar de nueva cuenta los destinos de México en el futuro cercano, necesitamos un proceso interno que no deje dudas, un ejercicio de democracia que nos ponga un paso delante de las demás instituciones políticas; una contienda ejemplar que además permita reunir de nuevo a la militancia que hoy se siente agraviada y sin aliento.
Con reglas claras y una comisión que vigile su cumplimiento; con un piso parejo para todos los contendientes; con campañas austeras como lo demandan los tiempos y con el debate de las diferentes visiones sobre el partido que necesita México, sobre los cambios que deben realizarse al interior y las propuestas para construir un país justo y solidario para ofrecerlas a la ciudadanía, lograremos reposicionarnos en el ánimo de muchos mexicanos como una opción viable y atractiva.
Desterremos de una vez y para siempre del partido lo que nos llevó a la derrota en el 2018: la corrupción, la línea, el dedazo, el amiguismo, los cacicazgos, el silencio cómplice ante gobernantes irresponsables surgidos de nuestras filas y, peor aún, de otras.
Construyamos un partido democrático, crítico, propositivo y capaz de proponer y luchar desde el gobierno o desde la oposición