Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de mayo de 2019.- El eminente constitucionalista francés, Georges Burdeau sostenía que, para la democracia, la legitimidad de la oposición deriva de que sanciona la libertad política. Esto no necesita demostrarse. Pero las fórmulas de gobierno han ido más lejos: de una oposición legítima han hecho una oposición necesaria.
Siempre y cuando se entienda que la oposición es para la democracia y no contra la democracia; es para promoverla y ayudarla y, no para sofocarla y distorsionarla. Sólo así la oposición funcionará como contestataria.
Lo que vimos ayer en la marcha del silencio o fifí como quiera llamarle, no se le podría llamar oposición, de acuerdo con lo anteriormente señalado en este texto.
Para comenzar las consignas son de risa y con poca capacidad argumentativa, uno no puede leer en sus pancartas frases lógicas o poderosas para entender la razón de sus molestias, quejas o denuncias.
No obstante, es importante destacar que en estos cinco meses han sido competentes en incrementar su capacidad de convocatoria y organización. Hace un par de meses, cuando la “oposición” salió por primera vez a manifestarse, el número de participantes no era mayor a 100.
Este 5 de mayo, calculó que participaron de 3 mil a 4 mil personas, no más. Sería un exceso opinar lo contrario, caeríamos en ridículos como el de Javier Lozano, quien se dedicó a compartir fotos de las marchas anteriores, durante el gobierno del panista Felipe Calderón.
Aunque fueran 4 mil personas, todavía no son representativos. Aunque lo peor –para ellos– es que no han sabido como argumentar su animadversión y plasmarla en denuncias que realmente hagan reflexionar a quienes podrían simpatizar con ellos.
A quienes, aunque hayan votado en julio de 2018, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, arrastrados por la ola de repudio ante la impunidad y corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto, quien no sólo era indiferente, ineficiente y corrupto, era y es totalmente frívolo como lo demuestra su hipócrita mensaje anunciado su divorcio de Angélica Rivera.
La democracia, se ha dicho, no es asunto de razón sino de tripas. Se preguntarán a que me refiero.
A que es algo que uno lleva consigo y en sí; una manera de ser y vivir, de situarse ante lo que sucede, ante las circunstancias diarias, es la forma de reaccionar. No se trata solo de las declaraciones, aunque si, las palabras importan, pero las acciones y los comportamientos políticos son fundamentales.
En este sentido, quienes ayer salieron a manifestarse no han demostrado con hechos su verdadero malestar, les fue imposible hacer visible su indignación.
Cuando yo si veo una oposición surgir, pero en otros sectores de la población, unos que ni siquiera podrían ser catalogados como fifís, están las madres y encargadas de las estancias infantiles, están los encargados de los refugios para mujeres y niños violentados, los padres de niños con cáncer, los desempleados de la 4T, los defenestrados del sector cultural, los periodistas de a pie catalogados como fifís, por mencionar algunos.
Y estoy seguro que poquísimas personas de esos sectores salieron ayer a marchar por las calles de Reforma, quienes salieron ayer, son personas que piensan que perderán sus privilegios y comodidades, así como familiares y miembros de la clase política desplazada y uno que otro incauto o pendejo fifí.