Obispos de México: Un nuevo horizonte
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de junio de 2019.- Hoy se lleva a cabo la sesión del Consejo Político Nacional con los lamentables restos de lo que queda del ex invencible Partido Revolucionario Institucional para aprobar el método que seguirán para elegir en agosto próximo a sus nuevos dirigentes.
Intereses de toda clase intentaron influir en ese proceso para llevar agua a su molino.
La cúpula priísta, convencida por el senador hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, tenía la intención de posponer la elección hasta el próximo mes de diciembre.
Se trataba de realizar un burdo enroque.
La actual dirigente Claudia Ruiz Massieu se iría a coordinar a la minibancada del tricolor en el senado mientras que el tenebroso de Osorio Chong estaría dirigiendo al PRI de manera interina para convocar elecciones hasta fin de año.
Como vieron que esa maniobra era de alto grado de dificultad, entonces la cúpula actual del PRI pretendió realizar una elección de dirigentes en la que solamente votaran los consejos políticos estatales y el Consejo Nacional.
Con ello tendrían la posibilidad de imponer, y manipular, a un nuevo dirigente que siguiera obedeciendo, como lo viene haciendo la disminuída Claudia Ruiz Massieu, a quienes actualmente verdaderamente mandan en el PRI: Luis Videgaray y Carlos Salinas.
Pero eso no pudo ser posible.
Ruiz Massieu informó que hoy lunes 10 de junio se emitirá la convocatoria para que se presenten los candidatos que competirán por la presidencia y secretaría general del PRI, la cual se realizará el 11 de agosto, con un tope de gastos de campaña de 4 millones, y con alrededor de 6 mil casillas en el país.
Aunque la verdad es que todos los aspirantes querían tener elecciones con un padrón electoral más depurado y al que no pudieran ex priístas que ahora militan en MORENA pero que siguen inscritos en el padrón del tricolor.
En orden de menor a mayor quienes menos pierden son: Alejandro Moreno, Ulises Ruíz, Ivonne Ortega, José Narro, Lorena Piñon y José Ramón Martel.
El problema se va a presentar con el padrón de afiliados priistas que será reconocido por el INE para que puedan votar en la inminente elección de agosto.
Recordemos lo que expuso en su columna del viernes pasado el director editorial del diario El Heraldo, Alfredo González, en la que dijo que de los 6.5 millones de afiliados, solamente se tiene el respaldo con registros físicos que acreditan la militancia de alrededor de poco más de un millón.
La advertencia de Alfredo González, quien es un analista muy agudo y que tiene excelentes fuentes de información, deben tomarla muy en cuenta los aspirantes a la dirigencia del PRI porque un padrón con tantas posibilidades de ser infiltrado, puede descarrilar el proceso si uno solo de los afiliados reconocidos por el INE, impugna la elección debido a las inconsistencias del padrón mencionado.
Pues esa es la herencia que dejaron al tricolor personajes como el inventor de Enrique Ochoa, Luis Videgaray, el mismo expresidente Enrique Peña que dejó a su consejero aúñico Videgaray manejar al PRI como si fuera algo de su propiedad.
Y que decir de la nefasta influencia críptica de Carlos Salinas en las decisiones del Institucional en los dos sexenios pasados.
Lo anterior se debe a que el exlíder nacional del PRI, Enrique Ochoa, quien por ahorrarse la renta de la casa donde estaban los respaldos físicos de las acreditaciones, resolvió que era mejor eliminarlos y los mando incinerar.
En fin, todo indica que de acuerdo con la capacidad de movilización que han demostrado los aspirantes, la disputa final se dará entre Alejandro Moreno y Ulises Ruíz.
Ivonne Ortega peleará con fuerza pero sin oportunidades reales de ganar.
De José Narro ya se demostró que solamente será un candidato testimonial.
Por su parte y aunque hizo un gran esfuerzo, la verdad es que no le alcanza a Lorena Piñon para ganar.
Y finalmente, es ridículo porque es verdad, pero un atropellado convoca más gente que el pobrecito de José Ramón Martel.
Los verdadeos priístas que aún viven están a la espera de volver a influir en la vida de su partido para intentar recuperarse de la humillación sufrida en los comicios de julio del año pasado.
Y los militantes de hueso colorado que ya han muerto, de seguro que se están removiendo en sus tumbas al conocer declaraciones como la que dio Claudia Ruis Massieu al conocer el resultado de las pasadas elecciones en Baja California en las que el PRI ocupó un vergonzoso ¡quinto lugar¡
Dijo con gran cinismo la dirigente del tricolor: “En Baja California cumplimos nuestro objetivo electoral que era NO PERDER EL REGISTRO”.
¡Tómenla!