Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de octubre de 2019.- Periodistas que cubren la Fuente Presidencial, la mayoría sin experiencia como reporteros, se desgarraron las vestiduras por un accidente que sufrieron en la carretera de Sonora. No por los golpes, fracturas, de algunos de sus compañeros sino por las malas condiciones de la camioneta en que viajaban.
A partir de ahí, en un escándalo artificial, pretendieron incluso que el presidente López Obrador cambiase los itinerarios, los horarios de sus giras para complacerlos, para hacer más “fácil” su trabajo.
Y no fueron muy lejos por la respuesta, “no vengan” dijo el primer mandatario al ser entrevistado en el aeropuerto, o mejor dicho cuestionado, con voces altisonantes.
Un “no vengan” que define la nueva relación entre el poder presidencial y el poder de los medios de comunicación. A López Obrador no le interesa que estén o dejen de estar presentes los periodistas en sus eventos. “Yo siempre estoy informando” les dijo, antes de sugerirles que se dediquen, que mejor, que únicamente asistan a las conferencias mañaneras.
Que sean los corresponsales de los diarios, si tienen ese interés, quienes cubran las giras.
Sentido común a la máxima expresión.
Se había jugado a una especie de asistencia, extraoficial, para que funcionarios locales o los gobernadores proporcionasen vehículos a los reporteros que, frente al mandatario, se quejaron de que había muy poco tiempo entre eventos y, también, entre los distintos pueblos que visitan. López Obrador no se anduvo por las azoteas, al contrario, les dijo abiertamente que “las cosas ya no son como antes”.
Lo que se tradujo, de inmediato, en una expresión que resume lo poco que le interesa estar rodeado de periodistas, a los que conoce, de quienes sabe a qué medios sirven. Para el Presidente con las mañaneras es suficiente.
No entró a la dinámica, intencional, de reclamos. Presidencia no va a pagar gastos de periodistas, como se hizo por muchos años, gobiernos priistas y panistas.
Tiene toda la razón. Quién verdaderamente tenga interés periodístico en escuchar al Presidente tendrá que ser enviado, absolutamente enviado, incluyendo viáticos, boletos de avión, y vehículo en qué moverse. Si al medio de comunicación le parece menos caro, de mejor logística, tendrá que mover a sus corresponsales. O no ir. Los discursos se envían casi de inmediato, igual que las fotografías.
No se pierde en el acceso a la información. Simplemente se pone a los periodistas en su lugar, que no es el consentimiento del poder.
Sonora, gira del candidato Miguel de la Madrid. Yo no era bien vista por los funcionarios de comunicación de la campaña. No me permitieron viajar en el grupo predilecto. Conseguí un avión con un amigo. Y lo formé con la comitiva oficial…
Quien quiera estar en los eventos oficiales, por las razones personales que correspondan, que apoquine…
En Tuiter: @isabelarvide