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OAXACA, Oax., 20 de diciembre 2019.- Sor Natividad Sánchez Sánchez refrendó su vocación, profesión religiosa y renovación de votos ante el párroco celebrante en la Iglesia de Nuestra Señora de los Pobres, Ricardo Vásquez Ojeda, en presencia de la Iglesia y hermanas pobres de Santa Clara, de la Orden de Clarisas Capuchinas.
“Pido la gracia de renovar a Dios mi decisión de seguir a Cristo y acogerme a la intercesión de su Santísima Madre, la Virgen María hasta la muerte”, señaló la religiosa al renovar sus votos.
Los asistentes reunidos en la Parroquia de Nuestra Señora de los Pobres dieron gracias a Dios por la obra que ha hecho en estos 25 años de consagración religiosa de la hermana Natividad al entregar su vida al servicio de Dios.
En compañía de familiares, amigos y padrinos de ceremonia, Alejandra Villafañe Hernández y Gonzalo Vásquez Ojeda, sor Natividad renovó su entrega generosa y unión esponsal con Cristo, siendo esposa, madre y hermana, adornada esplendorosamente con el estandarte de la virginidad abrazando una vida en comunidad.
“Soy Sor Natividad para gloria de Dios, con la firme resolución de vivir más perfectamente el Evangelio de Cristo, ya que el Señor me ha concedido esta gracia, ante las hermanas aquí presentes, en tus manos Madre Cecilia, renuevo mis votos de vivir en obediencia, sin nada propio y en caridad”, expresó.
La ceremonia se realizó conforme a la reglas de las hermanas pobres de Santa Clara, confirmada por el Papa Inocente IV y según las constituciones de la Orden de las Clarisas Capuchinas, aprobadas por la Sede Apostólica, observando la clausura establecida por la Iglesia en conformidad con las mismas Constituciones.
“Me confío de todo corazón a esta familia religiosa, a fin de que, mediante la acción del Espíritu Santo y la intercesión de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada, juntamente con la de nuestra Madre Santa Clara y la de nuestro Padre San Francisco, y la de todos los Santos, con la ayuda de las hermanas, logre realizar mi consagración en servicio de Dios y de la Iglesia”, indicó sor Natividad.
En respuesta, la fraternidad religiosa de Clarisas Capuchinas ante Dios recibieron sus votos y le aludieron: “Si observas todo esto, te prometo la vida eterna”.
En celebración eucarística concelebrada en su homilía, el presbítero Ricardo Vásquez Ojeda, agradeció a Dios por los 25 años de su vocación.
“Este gozo y alegría está en su corazón después de un largo caminar al haber recibido este don del Señor”
“Dios quiere que todos encontremos la felicidad, engrandezcamos esa dignidad de servir al Señor y estar dispuestos a lo que nos está pidiendo sin anteponer nuestros intereses, nos está llamando constantemente y nos muestra su misericordia; con nuestro bautizo nos ponemos en manos de Dios por lo que deberíamos aprender a hacer la voluntad de Dios en cada momento e instante desde nuestra vocación”.
“La hermana Natividad, las religiosas y capuchinos de clausura y contemplación, buscan la voluntad y el llamado de Dios, Él nos pide encontrar la dicha desde esta Congregación Clarisa Capuchina. A nuestra Iglesia le hace falta reconocer y valorar esta tarea tan importante que realizan a través de la oración y el contacto con Dios que es lo principal para sostener la vida de la Iglesia, debemos estar en esa disponibilidad de responder a su amor con nuestro amor, obediencia y fe como lo hizo la virgen María para colaborar con él. Natividad forma parte de una comunidad y una familia y pone en práctica todo en bien de la Iglesia”
“Pongámonos a la escucha de Dios y encontremos esa felicidad que él quiere para cada uno de nosotros y que Dios nos siga bendiciendo a las hermanas Clarisas Capuchinas con muchas vocaciones para promover la vida religiosa y sacerdotal”, expresó el presbítero Ricardo.
La hermana Natividad nació el 8 de septiembre de 1974 en San Pedro Alto, Zimatlán, es hija de Rosa Sánchez Sánchez y Máximo Sánchez Zárate (+).
Ingresó a este Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús y María Santísima de las Mercedes el 1 de junio de 1991. Tomó el hábito el 18 de diciembre de 1992, su primera profesión fue el 19 de diciembre de 1994 e hizo sus votos perpetuos el 2 de agosto de 1999.
En comunidad ha servido generosamente como consejera.
Recibió el anillo de bodas con el Cordero Inmaculado para que siga guardando siempre fidelidad íntegra a su Jesucristo y fue coronada en señal de la que Dios le ha preparado desde toda la eternidad, le ha dotado, engalanado, redimido y santificado.