El asesinato del Padre Marcelo es absolutamente inaceptable: ONU-DH
MORELIA, Mich., 8 de enero de 2020.- Violencia intrafamiliar, amenazas de muerte y secuestro de los hijos; infidelidad, depresión y un plan fallido de homicidio y suicido múltiple, es lo que hay detrás del asesinato de una niña de ocho años en Villas del Pedregal, Michoacán, que además dio un giro extraordinario al confesar la detenida su responsabilidad en el acto.
Era la madrugada del 6 de enero, la ahora sospechosa llegó a su casa junto con sus hijos y esposo, después de acudir a una celebración cristiana. Cenaron juntos por última vez y enseguida se dispuso a dormir con su hija pequeña en la parte baja de una litera.
Ya dormidos los hijos fue al baño y luego a la cocina, su esposo, con quién llevaba 12 años de matrimonio la vio de pie en la entrada de la habitación. Pero nada extraordinario había aquella noche. Todo parecía ser un día cualquiera.
En el nido de amor las cosas no iban bien y la pareja no compartía el lecho matrimonial. Apenas unos minutos después de la medianoche. Cuando todos ya dormían plácidamente.
Nohemí, como se ventiló en la audiencia pública 05/2020, inició con su plan utópico de poner fin al tormento de vivir en esa familia, donde supuestamente había sido motivo de amenazas de muerte y violencia intrafamiliar. Cuando el reloj marcaba las cero horas, tomó el cuchillo cebollero de 25 centímetros y agredido violentamente a su hija; 39 ocasiones le penetró el tórax, perforándole los pulmones y el corazón, todo esto mientras en un acto de desesperación la niña peleaba por su vida, pedía auxilio y se defendía.
Acto seguido, su hijo de 9 años se despierta y la sorprende sobre su hermana, arriba de sus piernas y con el vientre lleno de sangre. Entonces va por él…
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Quadratín Michoacán