Prosperidad Empresarial Compartida
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de abril de 2020.- Cuando en un país como el nuestro, por voluntad propia y por convencimiento, más del 65 por ciento de nosotros se mantiene confinado en su propio domicilio, espera que el líder nacional tome las mejores decisiones posibles para poder afrontar la pandemia del Covid 19 y la brutal crisis económica y alimentaria que ya está afrontando no sólo México, sino todo el mundo.
Me veo en la necesidad de insistir en que todos los países del mundo están enfrentando esta doble crisis –la pandemia del Covid 19 y la económica–, con distintos programas emergentes que no tenían previstos ni tampoco los organismos internacionales. Sin embargo, esta doble disyuntiva, inédita, obligó a que México hiciera lo mismo.
Millones de mexicanos esperamos que el presidente Andrés Manuel López Obrador esté a la altura de las circunstancias y por fin se convenza de que es necesario unir las fuerzas con los sectores privado y social para poder afrontar esta hecatombe. Insisto.
Nadie puede reclamar a López Obrador que ayude a los más pobres del país y que representan aproximadamente el 40 por ciento de la población. Pero la economía nacional está en proceso de colapso por una pandemia que nos ha llevado a la inmovilidad como condición para cuidar la vida.
Los próximos meses serán cruciales para México y para el mundo. Perderemos miles de empleos y es altamente probable que una considerable cantidad de empresas se vean precisadas a cerrar ante la imposibilidad de seguir operando.
El presidente, lo primero que tiene que hacer es unir las fuerzas. Si un presidente no convoca a la unión de fuerzas, si nos divide con sus discursos incendiarios, vamos a avanzar menos. Porque además se están creando odios, se están creando rencores, se están creando resabios que van a ser muy difíciles de erradicar. Si en algo se equivoca el presidente López Obrador es seguir alentando estos traumatismos racistas, absolutamente inaceptables, entre los que tienen dinero y no tienen dinero.
Entre pobres y ricos. Entre fifís y chairos. —¿Cuáles podrían ser las repercusiones de la polarización social en México? Cuando alguien le prende fuego a una pradera, que es lo que está haciendo el presidente, el viento no siempre va a soplar en la misma dirección y se va a quemar la pradera en dirección a donde vaya el viento. Nada más que el viento puede dar la vuelta y puede quemar aquel que le prendió fuego.
Habrá momentos en los que no se va a poder controlar lo que está sucediendo. Por eso es que no hay que crear esta polarización y la está creando todos los días y esto pues no nos va a conducir a nada.
AMLO desprecia a la iniciativa privada, desprecia a las empresas, desprecia a los empresarios. Con esta actitud, lo que él tendría que hacer es copiarle a Corea del Sur, a Singapur, a Nueva Zelanda, a Finlandia, copiar lo que funciona y desechar lo que no funciona.
Los presidentes, como cualquier ser humano, se equivocan. Su grandeza estriba en reconocerlo oportunamente. Todos los mexicanos recordamos el llamado “error de diciembre” que dejó a millones de compatriotas en la desgracia y ¿qué ocurrió? En que Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León se acusaron mutuamente, mientras que miles de mexicanos perdieron su patrimonio por las devaluaciones.
En marzo de 2002, el entonces presidente Vicente Fox Quesada, en una conversación telefónica –dada a conocer posteriormente por el propio gobierno de Cuba–, con Fidel Castro con motivo de la Cumbre Extraordinaria de las Américas, le ofreció al mandatario cubano: “comes y te vas”, pero le pidió sentarse a su lado durante la comida.
Esto para complacer al presidente de Estados Unidos. Y Fox fue exhibido. Salvamento de empleos Por otra parte, esta es una propuesta de mi hermano Emilio Ramírez de Aguilar Lavín, economista de profesión, que podría tomar en cuenta el gobierno el gobierno federal para ayudar a las pymes.
De acuerdo con Comisión Nacional del sistema de ahorro para el retiro (CONSAR) la volatilidad que se pueda generar en los mercados internacionales por acontecimientos coyunturales no representará un cambio en la situación actual de las AFORES, ya que una de las ventajas que tiene el régimen de inversión es que las administradoras cuentan con un portafolio diversificado que les permite enfrentar estos episodios.
El ahorro en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) fluye en un círculo virtuoso: las aportaciones del trabajador, del patrón y del gobierno son utilizadas para impulsar proyectos productivos y de infraestructura que contribuyen a la creación de empleos formales y, a la vez le generan rendimientos (ganancias) atractivos a los ahorradores, lo que incrementa los recursos futuros para las pensiones y así sucesivamente. Aquí algunos resultados del SAR: El Sistema acumula hoy poco más de 4 billones de pesos.
Las AFORE han ofrecido a los ahorradores rendimientos históricos de 11.17 por ciento nominal y 5.37 por ciento real, un nivel que las ubica como una de las mejores alternativas de inversión en México. A través de las AFORE se ha logrado democratizar el sistema financiero mexicano ofreciendo a sus ahorradores (tanto de bajos como de altos ingresos) rendimientos competitivos.
Las AFORE han obtenido rendimientos netos de comisiones de 1.9 millones de pesos, lo que representa 48.1 por ciento del saldo total del sistema. Las inversiones que realizan las AFORE se rigen bajo las reglas que establece la CONSAR (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro) a través del “régimen de inversión”.
Dichas reglas señalan con precisión en qué y hasta cuánto pueden invertir las AFORE en cada una de las clases de activos financieros (bonos del gobierno, bonos corporativos nacionales e internacionales, acciones nacionales, acciones internacionales, mercancías, Fibras y CKD´s).
Asimismo, las inversiones de las AFORE se miden diariamente para que no excedan un nivel predeterminado de riesgo. En momentos de volatilidad, como la que se vive actualmente, lo conveniente es no tomar decisiones precipitadas que pudiesen resultar contraproducentes para nuestro ahorro de largo plazo.
Es por demás evidentemente que estamos en una crisis sanitaria, que jala a la economía doméstica, pensar que millones de personas perderán su empleo y muchos emprendedores sus ahorros y/o empresas, nos hace proponer lo siguiente:
1.- Que los ahorros de los trabajadores para el retiro sean invertidos en las empresas que trabajan.
2.- Que los dueños de las empresas, mediante contrato, garanticen el pago de intereses referenciales (cetes) o un seguro, fianza o emisión de acciones.
3.- Que la medida es temporal mientras dure la contingencia sanitaria.
4.- Que el gobierno federal sea el garante de esta acción.
5.- Que una parte del dinero que se obtenga por la desaparición de fideicomisos sea resguardada para los ahorros de los trabajadores.
Esta propuesta trata de preservar la formación bruta de capital y el empleo de muchos trabajadores, que no se dependa del comportamiento de la pandemia y de que México tenga una respuesta distinta.
De acuerdo de la CONSAR, se tienen más de 4 billones de pesos en reserva de 47 millones de trabajadores y de más de un millón y medio empresas, de las cuales 953,168, están registradas en el IMSS.