Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de mayo de 2020. – El más reciente pronóstico ajustado del Banco de México que prevé la caída de la actividad económica –a niveles superiores al -8.0 por ciento– y la pérdida de al menos un millón 400 mil empleos formales en este año, obliga a reconocer que la normalidad, a secas, tardará mucho en volver a estar entre nosotros.
Más vale reconocer la realidad tal y como es ya que de nada sirve maquillarla, pues la decepción y la pérdida de confianza son mayores. Seguramente ya notaron que existe una compulsiva actitud a minimizar los datos, las estimaciones y pronósticos de la crisis económica, en las que coinciden analistas e instituciones serias.
Eso contrasta con la preocupación de cómo saldremos airosos de la crisis sanitaria, pero sobre todo cómo y cuánto tiempo nos llevará recuperar los empleos perdidos, el desarrollo y el bienestar de nuestras familias.
Empleos de papel
Si se trataba de confundir al respetable, pues lo lograron. La más reciente tabla elaborada por el gobierno federal en la que contabiliza con chabacana alegría el número de nuevos empleos que asegura se crearán este año para suplir los puestos de trabajo perdidos, generó más dudas y confusión que certezas. Hasta parecen cuentas chinas, con todo respeto para los chinos.
De los datos que destacan en esa tabla mágica está el del rubro dedicado a los Jóvenes Construyendo el Futuro, pues sin decir agua va, los 230 mil 872 becarios se convierten en trabajadores, lo que tampoco queda claro es quién es el patrón, el gobierno federal o las empresas donde les dan capacitación. Todo queda flotando en la ambigüedad del ser o no ser.
Que se sepa el IMSS no los contabiliza porque no cumplen con las reglas legales para ser considerados trabajadores asalariados sino como becarios. También están contando como nuevos trabajadores a quienes cambiaron de cachucha y se desempeñan en el Banco del Bienestar, que hace unos meses operaba como Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi); en realidad estos empleos no son tan nuevos.
Otro misterio sin resolver es el de las Universidades del Bienestar Benito Juárez, pues no se sabe si sólo consideran la planta administrativa y sus maestros o también a los alumnos. Por lo que toca a las personas incorporadas al programa Sembrando Vida, vinculado a Alfonso Romo, no se sabe si se trata de empleos permanentes, eventuales o qué. Pero en las cuentas mágicas suman 202 mil. Lo que rompió con toda lógica del tema laboral fueron dos rubros, los únicos, considerados como generadores de empleos indirectos y que suman a ojo de buen cubero 970 mil puestos de trabajo. Se trata de empleos que supone la asignación de créditos del Infonavit y que generarían unas 800 mil plazas laborales en el sector de la construcción, en tanto que los créditos del Fovissste estarían habilitando 170 mil nuevos puestos de trabajo. Eso es lo que dicen. De cumplirse este modelo, el compromiso de crear dos millones en nueve meses quedaría más que copeteado, pues se estarían generando 2 millones 093 mil 364 puestos de trabajo. Nada más en el papel.
Los otros datos
El tema del desempleo no se resolverá sólo con buenas intenciones. David Kaplan, especialista en temas laborales y asesor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), coincidió con los más oscuros presagios, que estamos cerca de la peor caída del empleo formal no visto desde la crisis de 2009.
En una video charla organizada por la Cátedra Francisco Madero y el Instituto Nacional Electoral (INE), Kaplan reveló que pese a contar con un PIB percápita alto -similar al de China y superior al de Brasil, Perú y Colombia, según datos del Inegi-, México tiene un mercado laboral que corresponde al de un país más pobre. Aunque usted no lo crea.
En su análisis Kaplan reconoció que no todo iba bien antes de la crisis del coronavirus, pues ya desde el segundo semestre de 2018 hubo una desaceleración de los empleos formales y las contrataciones no han ocurrido en los niveles deseables.
En escasos tres meses se han perdido cerca de un millón de empleos y el segmento en sufrir más las consecuencias es el que gana menos. Adicionalmente desde el año pasado el empleo entre los jóvenes tenía una tendencia a la baja y ahora está empeorando.
Otra mala noticia es que después de la crisis del Covid 19 es probable que la baja tasa de contrataciones continúe por varios años. Kaplan se mostró de acuerdo en dos esquemas para salvar el empleo, uno que tiene que ver con el subsidio al salario de los trabajadores y otro con el subsidio a las cuotas patronales. Parece que eso no ocurrirá.
Aunque reconoció que el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro podría ser una mejor opción, no se sabe cuántos becarios que ya terminaron su capacitación han conseguido empleo. No hay información.
El tema del empleo en México enfrenta una doble crisis, pues la economía todavía no se recuperaba de la crisis de 2009 cuando llegó la crisis del Covid-19. Nos llovió sobre mojado, literalmente. Recomendó al gobierno no cantar victoria antes de tiempo pues las crisis siempre dejan huella.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Focos rojos al término del confinamiento. Tómelo en cuenta. Las secuelas de la crisis sanitaria y su impacto demoledor en la actividad económica podrían tener otros efectos indeseables, el aumento en la delincuencia.
En el Foro Virtual de El Financiero-Bloomberg sobre Seguridad los panelistas Héctor de Mauleón, Ana María Salazar y Eduardo Guerrero, moderados por Leonardo Kourchenko, coincidieron en que si bien el confinamiento redujo la comisión de algunos delitos viene una etapa difícil asociada al desempleo y al empobrecimiento.
Las entidades con mayor riesgo de enfrentar un brote de la delincuencia asociada al desempleo son Quintana Roo, Estado de México, Baja California y Nuevo León; un segundo grupo lo encabezan la CDMX, Morelos, Querétaro, Nayarit y Baja California Sur. Los estados con menos vulnerabilidad son Chihuahua, Oaxaca y Michoacán.
2.- “Sin ciencias y sin tecnología el país no va a salir de la crisis”, Sergio López Ayllón, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).