Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de junio de 2020.- La aflicción de dirigentes de Morena y funcionarios del gobierno federal por la muerte de Giovanni López a manos de policías municipales de Ixtlahuacán de Los Membrillos, es fingida.
Andrés Manuel López Obrador y su maquinaria de propaganda están en marcha para reventar a un gobernador de oposición que les irrita, entre otros motivos, porque ha sido más eficaz que el presidente ante la pandemia. Y se nota.
Jalisco ocupa el lugar 29 de las 32 entidades federativas en la tasa de letalidad por coronavirus (8.5). A pesar del boicot absurdo de López-Gatell a esa entidad, ha habido sensatez y no chistes en el manejo de la pandemia.
Si fuera honesta su ira por la injusta muerte de Giovanni, algo dirían por los 94 trabajadores de Limpieza de la Ciudad de México, muertos de coronavirus.
Los mandan a la basura sin guantes y cubrebocas casi transparentes, como leímos en un reportaje de La Jornada la semana anterior. Noventa y cuatro muertos.
Y las autoridades capitalinas pueden decirle al presidente, con una sonrisa de alumno aplicado, que aquí se cumple su instrucción de recortar el 75 del presupuesto.
Además son perversos. Matan con todos los agravantes. ¿Exagero?
Asesinaron a 12 personas en el hospital de Pemex en Villahermosa porque les inyectaron medicina barata, adulterada con plena conciencia de lo que hacían. No todos resistieron la mezcla. Murieron doce.
Esos crímenes acaban de suceder, en marzo. Rellenaron ampolletas de Heparina sódica con material de tercera, contaminado, y lo suministraron a pacientes que se realizaron hemodiálisis.
Los sacrificados en el altar de los ahorros de la 4T en Pemex-Tabasco tienen nombres y apellidos: Bienvenido Sánchez Feria (76 años); María Soledad Magaña (55); Patricia Jiménez Marín (54); Feliciano Sánchez Osorio (65); Ricardo Ortiz Meza (64); Marina Sánchez González (49); Baldemar García Flores(77); Salvador Córdova Díaz (75). Faltan los nombres de cuatro fallecidos, al menos hasta el 30 de marzo, como ha reportado El Financiero.
¿Quién responde por esos crímenes del gobierno?
«¡Justicia para Giovanni!». Sí, ¿e impunidad para los que matan en nombre de los ahorros presupuestales?
Lo de Tabasco no fue un error, sino un asesinato. ¿No?
El titular de Cofrepis (Comisión Federal para Protección contra Riesgos Sanitarios), el mismo personaje que bloqueó a Jalisco la importación de pruebas de Covid 19, el arqueólogo José Alonso Novelo Baeza, que no tiene conocimientos médicos ni químicos pero es amigo de Andrés Manuel López Obrador y su maquinaria de propaganda están en marcha para reventar a un gobernador de oposición que les irrita, culpó a Laboratorios PiSA.
Resulta que ese Laboratorio no es proveedor de Pemex, pero como las cajas y ampolletas eran suyas, procedió a la revisión y concluyó:
«Las ámpulas del producto utilizados por Pemex contienen algún tipo de Heparina. Sin embargo, esta solución no contiene alcohol bencílico ni cloruro de sodio, sustancias que forman parte de nuestra formulación de Heparina sódica».
Agrega: «Se detectaron francas anomalías en el empaque, consistentes en el reúso y adulteración de los frascos de heparina (ámpulas de vidrio, tapón de látex, etiqueta, casquillo y tapa flip off), además de anomalías y variaciones en el volumen de la solución y características de la misma, así como alteraciones en el empaque secundario (caja de cartón)».
Pemex los mató.
Y así como esos ahorros también hay otros, como en las plataformas. Para no gastar dinero -que quieren para cumplir metas de exploración y producción-, no trasladan de inmediato a tierra a los enfermos de Covid 19 y se contagian otros.
Estamos hablando de seres humanos muertos y enfermos por responsabilidad de los gobernantes que gritan, ellos y sus computadoras que ametrallan en redes sociales: «¡Justicia para Giovanni!».
Cuánta perversidad. Qué impostura.
El 27 de marzo en Tijuana cinco agentes de policía mataron a Jair López, de 28 años, cuando uno de ellos le puso la bota en el cuello hasta que dejó de respirar. Eso ocurrió dos días antes de que naciera su segundo hijo, relató su viuda.
¿Qué dijeron de ese crimen el gobierno federal, los dirigentes de Morena y sus propagandistas en medios de comunicación?
Dicen «¡Justicia para Giovanni!» y «¡Fuera Alfaro!».
Es que a Jair lo asesinó la policía municipal de una ciudad gobernada por Morena y el estado también lo gobierna Morena.
Y ellos, como hemos visto, tienen licencia para matar.
No hay otra palabra, son perversos.