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CIUDAD DE MÉXICO, 22 DE JULIO DE 2020.- El gobierno tiene una oportunidad de oro de procurar justicia en el caso Lozoya -pues cuenta con una sólida investigación que lo respalda-, pero ha decidido que vale más el circo porque le da votos.
Después del fracaso de la 4T en todos los órdenes, necesitan puntos para alcanzar mayoría el próximo año.
No tienen logros que presumir en ningún área del gobierno, por lo que solo les queda el circo.
Lo que necesitan son votos, no justicia ni exquisiteces de pulcritud legal.
Como se ha llevado hasta ahora, la justicia se parece muy poco a la de Benito Juárez y mucho a la de Pablo Chapa Bezanilla.
Emilio Lozoya aún no ha sido puesto ante un juez y ya se conocen las declaraciones que ha dado al Ministerio Público.
Sus dichos, reales o no, son filtrados por las máximas autoridades del país, en cadena nacional.
«Fueron comprados los legisladores del PAN para aprobar la reforma energética», dicen con base en supuestas declaraciones de Lozoya.
¿Y la secrecía de las investigaciones?
¿Y la fiscalía independiente del Ejecutivo?
¿No que eran juaristas?
¿La ley a secas?
Camuflaron a un falso Lozoya que llevaron al reclusorio, desaparecieron al verdadero y ahora difunden lo que «ya ha comenzado a declarar».
La justicia no importa, aunque sea muy sencillo aplicarla: se prueban los delitos y los culpables van a la cárcel o donde corresponda.
Pero eso no se les da a los discípulos del Benemérito.
Matracas, filtraciones, juicios populares, venganza. Eso sí.
Venganza es lo que se ejerce contra Rosario Robles. La odian por los videos de Ahumada.
Los exhibidos en aquella ocasión llegaron al poder y la refunden en Santa Martha contra toda legalidad.
Eso es política, no justicia.
Si Robles la debe, que la pague. Lo mismo Lozoya y quienes hayan delinquido contra el patrimonio nacional.
Aplausos a la justicia, bienvenida, pero lo que se presenta es circo y venganza.
Rosario Robles está acusada de ejercicio indebido del servicio público por omisión. Ese no es un delito grave. No amerita prisión preventiva. Y aún no se le puede comprobar.
Entonces, ¿qué hace en la cárcel? Es un trofeo.
A ella se le vinculó a proceso con pruebas falsas, y fueron dadas por válidas por el sobrino del exhibido en los videos del ex novio de Rosario Robles.
Puros temas personales. Nada de justicia ni Estado de derecho.
Se demostró que las pruebas eran fabricadas y sigue encerrada. Se baña con una cubeta de agua fría y duerme sobre una plancha de concreto.
Rosario Robles es mencionada como personaje central, junto con otros servidores públicos, en la investigación periodística denominada «Estafa Maestra».
Se mandaron a hacer trabajos e investigaciones a universidades públicas y algunas de éstas subcontrataron a empresas fantasmas para realizar la tarea a sobreprecio, o simplemente no hacerla.
Gran reportaje, laureado con plenos merecimientos.
Pero la justicia no la acusa de eso.
¿Robles mandó a hacer esos trabajos señalados en la Estafa? No hay ningún documento que así lo indique.
Los rectores de esas universidades que, probado está, subcontrataron más caro, ¿en qué cárcel duermen?
En ninguna. Siguen en sus puestos.
Así es que no estamos hablando de justicia, sino de política, o de políticos y sus venganzas, para ser precisos.
Por cierto, Rosario Robles fue inhabilitada para trabajar en el gobierno por la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval.
¿Cuál fue la grave falta que la secretaria Sandoval encontró en el desempeño de Robles?
No declaró una cuenta bancaria.
¿Y de cuánto dinero estamos hablando?
De dos mil pesos. Es lo que tenía esa cuenta no declarada, por la cual fue inhabilitada.
¿Y a cuánto ascienden los inmuebles no declarados por la secretaria Irma Eréndira y su hermano, el (súper) delegado del gobierno federal en Guerrero?
Esa pregunta puede ser considerada como parte de una campaña orquestada contra la transformación del país.