Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de agosto de 2020.- Será Oaxaca el estado de los niños más esbeltos de México; el Congreso local finalmente determinó hacer una adición a la ley que prohibirá la venta, suministro, obsequio de alimentos envasados a menores de edad de manera directa o por medio de máquinas distribuidoras o despachadoras de esos elementos de consumo siempre y cuando sean productos de alto nivel calórico y hagan daño a la salud a los pequeños.
Se procura así, luchar en contra de la obesidad infantil que tiene a México como el país número con los niños más gordos u obsesos del mundo. La población adulta pasa a segundo sitio entre adultos de las naciones en la tierra.
Noble misión, erróneo, muy erróneo el enfoque.
En primera que tendríamos que reconocer es que el producto por sí mismo no es el enemigo a vencer, sino la falta de conciencia respecto a lo que el consumo exagerado de esos productos puede ocasionar en el organismo de un consumidor desmedido de estos y otros productos de alto nivel calórico.
Sería gravísimo que linchen a los refrescos gaseosos con alto valor calórico o a las papitas fritas o cualquier producto dentro de la rama de los monchis tronchis y dejemos al tamal libre de culpa o bien a la guajolota como alimento típico nacional libre de cualquier sanción.
Indebido que persigamos a los pingüinos y dejemos sin castigo a los chicharrones de harina que junto con una tortilla, crema y salsa, se venden al pie de las entradas de las escuelas a la hora de la salida.
La solución está en la educación, en la concientización a la población consumidora, de los padres, maestros, niños sobre todo.
No hace daño el consumo sino una combinación en la que el consumo, ciertamente desmedido, se acompaña con otras ingestas y entre ellas las que derivan de hábitos típicos como el consumo del tamal, o de la pizza (costumbre importada) o de las generosas hamburguesas con alto nivel de grasa o bien de los chilaquiles, enchiladas, pambazos, de las mismas tortas o de los tacos con grasa.
Todo se puede consumir con debida medida sobre todo si hay prácticas del deporte, si se consume suficiente agua y en la dieta hay minerales y vitaminas de forma natural por el consumo de frutas y verduras. Si el refresco es un antojo no pasa nada, nada si hay una bolsa de papas o una sola dona en alguna mañana. Malo que sea siempre refresco y todo alimento rico en grasas o en valor calórico.
En el camino de la torpeza que convierte delincuente al dependiente o dueño de una tienda de abarrotes se quedan 177 mil 954 tiendas de abarrotes o misceláneas que existen en el estado o bien en potencial jaque quedan los dos millones 227 mil de establecimientos de esta naturaleza en el país porque es posible que usted no sepa que al amparo de la publicación de la nueva ley que tiene en sus manos el Gobernador de la entidad, ya los legisladores en Tabasco dicen que van a asumir voluntades similares.
Al estado noble y delgado de Oaxaca acompañará en un futuro el delgado estado de Tabasco.
Y las tienditas, que cumplen una importante función social en cualquier estado en el que se establezcan verán amenazadas sus cuentas si tomamos en consideración que el 60 por ciento de sus ingresos vienen de la venta de esos productos, de los envasados con alto valor calórico, de los refrescos, harinas procesadas, dulces, golosinas.
No quiero ver a don Pepe en la cárcel por delincuente al amparo de un niño oaxaqueño convertido en un ejemplo de la perfección en su estructura corporal.
No cabe duda, de que hay P… lo hay y algunos hasta legislan.