Construyamos un México nuevo
OAXACA, Oax., 24 de agosto de 2020.- Las revelaciones de Emilio Lozoya Austin-Emilio Lozoya Thalman contra políticos del régimen priísta a los que sirvió en mecanismos de corrupción tendrían que analizar con mucho cuidado una figura perversa que apareció hace semanas, de pronto desapreció y ahora vuelve a aparecer: el juez Baltasar Garzón.
Figura prominente en los juegos palaciegos de poder en España, Garzón y la oficina de su fundación en México aparecen detrás de la estrategia de defensa de Lozoya para eludir las presiones de la fiscalía, sólo salpicar a Salinas, Calderón o Peña Nieto y salvarse de la cárcel. La gran jugada del juez español fue evitar que Lozoya ingresara a la cárcel ofreciendo delaciones; una buena estrategia habría sido ingresar a Lozoya al penal, obligarlo a entregar pruebas reales de corrupción y después, sólo después, mandarlo a su casa. Pero ya hasta la mamá de Lozoya disfrutará la libertad.
El titular de la nota de El País –aliado de Garzón– ayer dio algunas pistas: “Las filtraciones y la mediatización del caso Lozoya amenazan el buen término del proceso judicial”. La estrategia audaz de Garzón sería adelantar las revelaciones, centrarlas en chismes, distorsionar el debido proceso y descarrillar el juicio judicial. De ser cierta la información de que el documento de Lozoya no fue filtrado por la fiscalía ni por Palacio Nacional, entonces habría sido Garzón para debatir en medios y no en la sala del tribunal y quebrar el debido proceso.
El esquema se basa en el objetivo de desvirtuar a Lozoya como testigo legal de un proceso judicial, dejarlo en un escándalo mediático y de alguna manera alejar a Salinas de Gortari, Calderón y Peña Nieto de declaraciones formales ante las autoridades judiciales.
El documento de Lozoya tiene inconsistencias jurídicas obvias que no llegarían a tribunales, aunque sí carnita de escándalos. Liberado Lozoya, el caso judicial se desmorona, el PRI se salva y los priistas salen raspados, pero no judicializados. Si no hay ningún priista encarcelado, la estrategia del presidente López Obrador perdería la batalla judicial real contra la corrupción, la que importa, aunque la gane en medios donde todo se diluye en horas.
El punto central se localiza en el papel de Emilio Lozoya Thalman como el operador central, amigo de Salinas. Este personaje, precandidato presidencial de relleno en 1993 por decisión del presidente Salinas, negoció con el fiscal Gertz Manero la delación de su hijo para salvar a la familia. Los datos ofrecidos abrieron el apetito mediático de los nuevos funcionarios.
Y Lozoya cumplió con delaciones escandalosas que dieron un escopetazo de postas hiriendo a muchos y frases de Luis Videgaray Caso como chismes de inutilidad judicial porque son dichos que nadie podrá probar. Un análisis jurídico de la declaración judicial de Lozoya puede concluir que no hay elementos para un juicio real que conduzca a arrestos adicionales.
A la vuelta de los meses, Lozoya queda libre, los inculpados saldrán algo enlodados y de manera formal exonerados de un proceso judicial, el caso tendrá que ser sobreseído y la corrupción del pasado quedaría sin castigo.
Lo que queda a los acusadores es reponer el proceso, obligar a Lozoya a entregar información judicial real, ingresarlo a la cárcel como medida de presión y localizar a los personeros de Garzón en México para inmovilizarlos.
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EU 2020. Después de la convención demócrata, arrancó de manera formal la campaña presidencial de menos de 70 días. Algunas pistas para seguir:
–México se metió al círculo demócrata con la actriz Eva Longoria Bastón esposa de José Bastón de Televisa como presentadora en la convención demócrata. El canciller mexicano Ebrard ya está operando por ese flanco.
–Televisa había sido un espacio para la reunión de López Obrador con el yerno republicano Jared Kushner en marzo del año pasado, en casa del vicepresidente Bernardo Gómez, por mediación de Ebrard.
–Biden tendrá que salir a competir y ahí los medios críticos ven pérdida de votos. La guerra de frases y sobre todo los tres debates van a beneficiar a Donald Trump.
–Las redes son ajenas a Biden, en tanto que Trump es el genio de twitter.
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Política para dummies: La política es el jardín de los senderos que se bifurcan.
@carlosramirezh
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